Sin miedo al covid; júbilo en Inglaterra


LONDRES, Reino Unido./

Inglaterra estaba eufórica el jueves tras su victoria la víspera contra Dinamarca (2-1) en semifinales de la Eurocopa para propulsarse a su primera final de un gran torneo de futbol en 55 años, que disputará el domingo contra Italia.

La noticia ocupaba las portadas de todos los diarios, con la excepción del Financial Times, y las publicaciones competían en superlativos.

«Inglaterra hace historia», escribió The Times, 55 años después del triunfo inglés en el Mundial de 1966, su único título.

The Sun hacía alusión a la que es «probablemente la mejor sensación del mundo», retomando un eslogan de la cerveza danesa Carlsberg, mientras para el Daily Star esta victoria es «el mayor sueño de todos los tiempos».

«Es un sueño para Inglaterra», agregaba The Guardian.

Ante la histórica proeza, diarios como el Daily Mirror y el Daily Express hacían juegos de palabras con «final» y «finalmente».

También los políticos británicos se deshicieron en elogios.

El primer ministro Boris Johnson, que el miércoles por la noche vistió la camiseta blanca de la selección inglesa en Wembley, destacó la «fantástica actuación del equipo de Gareth Southgate», pidiendo en Twitter que traigan el trofeo «a casa».

En el canal Sky News, su ministro de Finanzas, Rishi Sunak, calificó la victoria de «momento fantástico para el país» y recordatorio de «cómo era la vida antes del coronavirus».

Ondeando la bandera roja y blanca de Inglaterra, los aficionados lo celebraron por miles en las calles, desafiando las normas anticovid a pesar del repunte de las infecciones debido a la variante Delta.

Algunos incluso se subieron al techo de un autobús rojo de dos pisos en Londres.

Esto «une al país», añadió Sunak en declaraciones a la BBC, y beneficia a la economía: se ha permitido que los pubs permanezcan abiertos más tiempo el domingo, para no frustrar a los aficionados en caso de prórroga.

Según la publicación Politico, un triunfo contra Italia podría llevar al gobierno a conceder la Orden del Imperio Británico (MBE) al seleccionador de Inglaterra, Southgate, y a varios jugadores.

El estado de ánimo era mucho menos jubiloso en Escocia, región británica con un fuerte movimiento independentista y cuya selección fue eliminada en la fase de grupos. Para la edición escocesa de The Sun, Inglaterra solo llegó a la final gracias a «un polémico penalti», transformado en dos tiempos por el capitán Harry Kane.

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