Un periodista estadunidense del The Wall Street Journal fue detenido en Rusia acusado de espionaje, anunció este jueves el Servicio Federal de Seguridad (FBS), citado por las agencias de prensa rusas.
«El FSB frustró las actividades ilegales del ciudadano estadunidense Evan Gershkovich (…) corresponsal de la oficina de Moscú del diario estadunidense The Wall Street Journal», señaló el FSB en el comunicado, citado por las agencias. Es «sospechoso de espiar para el gobierno estadunidense» y de recabar información «sobre una empresa del complejo militar-industrial ruso».
El arresto por espionaje de un periodista extranjero es algo sin precedentes en la historia reciente de Rusia. Antes de comenzar a trabajar para el diario estadunidense en 2022, Gershkovich era corresponsal de la agencia AFP en Moscú y antes de eso del diario de lengua inglesa Moscow Times. De origen ruso, el periodista, de 31 años, habla ruso perfectamente y sus padres viven en Estados Unidos.
The Wall Street Journal dijo en un comunicado que estaba «profundamente preocupado» por la seguridad de Gershkovich y que «niega con vehemencia las acusaciones del FSB y busca la liberación inmediata de nuestro reportero de confianza y dedicado».
El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, dijo el jueves que era demasiado pronto para hablar de un posible intercambio de prisioneros que involucra al reportero, informó la agencia estatal de noticias RIA. Por su parte, la agencia de noticias Interfax citó a Ryabkov diciendo que tales intercambios habían tenido lugar previamente para los ya condenados y que era necesario esperar para ver cómo se desarrollaba la historia con Gershkovich.
Una fuente diplomática estadunidense dijo que la embajada no había sido informada sobre el incidente y estaba buscando información de las autoridades rusas sobre el caso. La acción empeorará las ya terribles relaciones entre Rusia y Estados Unidos, que es el mayor patrocinador militar de Ucrania y ha impuesto sanciones a Moscú para tratar de persuadirlo de que retire sus tropas. El Kremlin no da señales de hacerlo.
Moscú ha prohibido efectivamente todos los medios de comunicación rusos independientes desde el comienzo de la guerra, pero ha seguido acreditando a algunos reporteros extranjeros. El periodismo se ha visto severamente limitado por leyes que imponen largas sentencias por cualquier crítica pública de la guerra, a la que Rusia se refiere como una «operación militar especial».
Andrei Soldatov, autor y experto en las agencias de seguridad de Rusia que se encuentra fuera del país, dijo en las redes sociales que Gershkovich no era un espía y que su arresto fue «un ataque frontal a todos los corresponsales extranjeros que aún trabajan en Rusia». FSB está suelto».