La justicia rusa comenzó a examinar el recurso de la jugadora de baloncesto estadunidense Brittney Griner, condenada a nueve años de prisión por tráfico de cannabis, en un contexto de fuerte tensión entre Moscú y Washington.
Vestida con una camisa de cuadros rojos y negros, Brittney Griner, considerada como una de las mejores jugadoras de baloncesto del mundo, participó por videollamada a la vista celebrada en un tribunal de Krasnogorsk, cerca de Moscú.
Brittney Griner, de 32 años, fue detenida en febrero en la capital rusa cuando llevaba encima cartuchos para vapear con una pequeña cantidad de aceite de cannabis.
Reconoció que llevaba encima esa sustancia, afirmando sin embargo que la llevó accidentalmente y que la utilizaba legalmente en Estados Unidos para el dolor.
La jugadora fue a Rusia para jugar fuera de la temporada estadunidense, una práctica común entre las jugadoras de la WNBA, que se ganan mejor la vida en el extranjero.
El caso de esta mujer, condenada en agosto a nueve años de cárcel por tráfico de cannabis, tomó una dimensión geopolítica en un contexto de crisis entre Moscú y Washington debido a la ofensiva rusa en Ucrania.
Otros conciudadanos suyos están encarcelados en Rusia, y Estados Unidos también quiere obtener su liberación.
Washington declaró varias veces que hizo una «oferta considerable» para que dos de sus ciudadanos detenidos en Rusia, Brittney Griner y un antiguo soldado, Paul Whelan, fueran liberados.
Según fuentes diplomáticas rusas, cabría la posibilidad de intercambiar a Brittney Griner por un traficante de armas ruso detenido en Estados Unidos, Viktor But.
But fue arrestado en Tailandia en 2008 y cumple una pena de 25 años de cárcel en Estados Unidos.