Los presidentes de Rusia y China exhibieron el miércoles su relación «modelo» en una videoconferencia y anunciaron la visita de Vladimir Putin a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín en medio de las tensiones entre ambos países y Estados Unidos.
El tono amistoso de la conversación, retransmitida en parte por la televisión rusa, contrasta con las críticas occidentales hacia Moscú, sospechoso de preparar una invasión de Ucrania, y hacia Pekín por la represión en Xinjiang y Hong Kong.
Putin alabó la relación entre las dos potencias, basada en la «no injerencia», el «respeto de los intereses de cada uno» y su «determinación de transformar la frontera común en un cinturón de paz eterna y buena vecindad».
Considero estas relaciones como el verdadero modelo de la cooperación interestatal en el siglo XXI», destacó el dirigente ruso a su «querido amigo» Xi Jinping.
De su lado, el presidente chino enfatizó la «vitalidad» de las relaciones bilaterales y estimó que los dos países se han convertido en los representantes del «verdadero multilateralismo y la defensa de la igualdad internacional y la justicia, según la agencia de prensa Xinhua.
El consejero diplomático del Kremlin, Yuri Uushakov, reveló al final de la reunión que se trató de un intercambio entre «dos colegas, dos amigos».
La videoconferencia ilustra la proximidad entre ambos dirigentes, especialmente en comparación con las conversaciones menos cordiales mantenidas recientemente por ambos con el presidente estadunidense Joe Biden.
El presidente ruso también confirmó este miércoles que los dos dirigentes se encontrarán «en persona en Pekín» en febrero en ocasión de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno (4-20 de febrero).
Los dos mandatarios no se han visto cara a cara desde el inicio de la pandemia.
Deporte y política
Putin indicó que tanto Xi Jinping como él se oponen a «toda tentativa de politizar el deporte y el movimiento olímpico».
China denunció la reciente decisión de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Australia de no enviar representantes políticos a Pekín-2022 como respuesta a las violaciones de los derechos humanos especialmente en la región de mayoría musulmana de Xinjiang (noroeste de China).
Moscú considera este «boicot diplomático» como un intento de politizar los Juegos.
Rusia, de hecho, también se cree víctima de la instrumentalización del enorme escándalo de dopaje que mina desde hace años su credibilidad deportiva, aunque Moscú niega toda implicación.
Acusada en 2015 de haber organizado un sistema de dopaje estatal, Rusia fue suspendida de las grandes competiciones internacionales hasta 2022 y sus atletas «limpios» solo pueden competir como participantes neutrales.
Además, sus responsables políticos, incluido Putin, no pueden asistir a estas competiciones salvo que sean invitados por el jefe de Estado del país organizador, como ocurrirá en Pekín.
Tensiones con EU y aliados
Las relaciones de China y Rusia con las potencias occidentales se han deteriorado en los últimos años, por lo que pretenden proyectar unidad para hacer de contrapeso.
No solo cooperan en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde son miembros permanentes, sino que también reforzaron sus vínculos en economía, defensa y energía.
Actualmente, Rusia está en el blanco de las críticas de la Unión Europea y Estados Unidos por sus maniobras militares en la frontera con Ucrania, que hacen temer a algunos una posible invasión.
La cuestión era uno de los temas previstos en una cumbre el miércoles entre la Unión Europea con las antiguas repúblicas soviéticas, un foro que Moscú ve con recelo.
Por su lado, China es criticada habitualmente por Washington y sus aliados por la presión militar sobre Taiwán, el trato de la minoría musulmana uigur o la restricción de las libertades en la ciudad supuestamente semiautónoma de Hong Kong.