Volver a Pensacola era volver a sus orígenes para Jack Hierholzer, pero tres años después, considera dejar su ciudad al norte de Florida debido a que el costo del seguro de su vivienda se disparó por los riesgos climáticos. Desde que se instaló en la zona, la prima de riesgo de su seguro habitacional se triplicó a 6 mil 500 dólares, en parte porque las aseguradoras tienen que considerar los efectos de la crisis climática.
«Mis hijos nacieron en Pensacola y tenemos muchos amigos, y familia», explicó en una entrevista telefónica con la agencia AFP. Pero «estoy en teletrabajo total, puedo vivir en cualquier lugar siempre que tenga una conexión a internet de banda ancha. Si la situación se pone difícil, podríamos movernos. Y lo haremos».
Los activos destruidos por fenómenos naturales superaron los 140 mil millones de dólares en Estados Unidos en 2022, de los cuales 90 mil millones estaban asegurados, según datos de la reaseguradora Munich Re. Según esta empresa de cobertura, que ofrece seguros para los aseguradores, 70% del total de pérdidas está ligado a daños provocados por el huracán ‘Ian’, que atravesó Florida en septiembre pasado.
El último reporte del grupo intergubernamental de expertos sobre la evolución del clima (GIEC) recuerda que el calentamiento global «ya tiene consecuencias sobre los fenómenos naturales en todas las regiones del mundo». Ante estos fenómenos extremos y más regulares, el costo para los asegurados sube progresivamente.
En Estados Unidos, las primas de riesgo de las viviendas avanzaron 9% en un año, incluso más en algunos estados, según el Instituto de Información sobre Seguros (III por sus siglas en inglés) que reúne a los profesionales del sector. La principal causa de este fenómeno es el aumento de los costos de reaseguro y de los materiales de construcción. El incremento de los reaseguros es de 30 a 40% en un año, según el director de Comunicaciones del III, Mark Friedlander.
«Vemos los costos de los reaseguros avanzar año tras año y claramente el riesgo climático es la primera causal», explicó.
Los costos de reconstrucción, por su parte, aumentaron también 30% en los últimos cinco años, principalmente por problemas en las cadenas de suministro provocados por la pandemia.
A nivel de los Estados, aparecen factores locales que se agregan a los desafíos creados por el cambio climático. En California, por ejemplo, las primas de riesgo son más bajas que el promedio nacional según el III, porque los gobiernos locales inciden en los niveles de aumento.
Esto puede ser algo bueno para los propietarios, pero complica la vida de las aseguradoras, que no pudieron trasladar los costos, por ejemplo, de los incendios forestales, un desastre natural cada vez más frecuente. Así, State Farm, una de las principales compañías de seguros del país, anunció que no tomará nuevos clientes en California, «debido al rápido incremento de la exposición a catástrofes» naturales.
En Florida, las primas aumentaron impulsadas por una ley local que permite a los clientes querellarse contra su seguro. Se suman los costos por los huracanes. El porcentaje de propietarios sin seguro de vivienda se mantiene estable en 7%, según el III. Los seguros son obligatorios cuando se toma un crédito hipotecario.
A Jack Hierholzer, en Pensacola, su seguro le cuesta cada vez más caro, cada mes.
«Si los precios de mi seguro significan comprar una nueva vivienda cada 12 años, sería más inteligente obviar el seguro, reembolsar el crédito (hipotecario) y cruzar los dedos» esperando que nada pase, reflexiona.