El Papa Francisco pidió este viernes a los políticos italiano que encuentren soluciones para revertir la tasa de natalidad en declive en el país y advirtió que los jóvenes deben hacer un «esfuerzo titánico» para formar una familia en un entorno tan precario.
El pontífice, de 86 años, inauguró el segundo día de una conferencia en Roma dedicada a la disminución del número de nacimientos en Italia, un fenómeno que los expertos estiman conducirá al empobrecimiento de la nación, y en la que participaron políticos, empresarios y líderes sociales. En 2022 el número de nacimientos en Italia cayó por primera vez por debajo del umbral de los 400 mil (393 mil), según Istat, el instituto nacional de estadística. Se registraron en cambio 713 mil 499 muertes para una población de alrededor de 58 millones.
Francisco, que fue recibido con una ovación cuando entró al recinto de la conferencia presidida por la primera ministra Giorgia Meloni, lamentó que los jóvenes de hoy vivan «en un clima social en el que formar una familia se está convirtiendo en un esfuerzo titánico». El pontífice habló de las dificultades para planificar el futuro debido a los salarios bajos y los alquileres altos en toda Italia, la tercera economía más grande de la eurozona, cuya población está envejeciendo y donde los jóvenes luchan por un trabajo estable de tiempo completo.
«Necesitamos preparar un terreno fértil para que florezca una nueva primavera y dejemos atrás este invierno demográfico», aseguró Francisco, quien pidió «políticas progresistas» para evitar que Italia caiga «en la tristeza. Reactivar la natalidad significa combatir las formas de exclusión social que están afectando a los jóvenes y su futuro», añadió.
«¿Alguna vez has imaginado un mundo sin bebés?», fue la provocativa pregunta utilizada para convocar la conferencia, organizada por la Birthrate Foundation, un grupo vinculado a asociaciones católicas que abogan por la familia. A pesar de los lazos religiosos, los oradores de la conferencia evitaron en su mayoría algunos de los temas más controvertidos relacionados con la disminución de la población de Italia, como el aborto y el embarazo subrogado, y prefirieron concentrarse en las posibles soluciones, entre ellas la disminución de impuestos.
El ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, figura clave en el gobierno y entre los líderes del partido de ultraderecha Hermanos de Italia de Meloni, reconoció que la tasa de natalidad era motivo de preocupación también «porque queremos salvaguardar la cultura y el idioma de Italia».
El ministro negó que se trate de una política para defender «la raza», ya que ha sido criticado por sus declaraciones el mes pasado contra lo que llamó «la sustitución étnica» de Italia debido a la llegada de numerosos migrantes provenientes de África y Asia. Meloni, quien fue elegida gracias al voto de las mujeres en las legislativas de septiembre, si bien no se considera feminista dedicó buena parte de su discurso a las madres y a las familias.
Criticó lo que llamó «la cultura dominante» que convirtió el tema de la familia en un tabú: «Vivimos en una época en que hablar de natalidad, de maternidad, de familia se ha vuelto más difícil, a veces parece casi un acto revolucionario», dijo Meloni. «Queremos que no sea un escándalo decir que todos nacemos de un hombre y una mujer, que no sea tabú decir que la natalidad no se vende, que el útero no se alquila y que los hijos no se escogen como en una tienda», agregó.
La población de Italia registraba cifras en aumento hasta 2014, año en que esa tendencia comenzó a revertirse. El ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, advirtió que si sigue disminuyendo la tasa de natalidad de Italia, el Producto Interior Bruto (PIB) del país caerá de un 18% para 2042.