Lo último que piensas antes de morder tu gordita de chicharrón con bisteck es en las calorías que tiene este pastelito mexicano de masa y aceite. Tampoco es ningún secreto que las garnachas están genéticamente creadas para tapar tus arterias con placer, pero como son deliciosas, baratas, y la vida es corta, nada importa y nos tragamos dos flautas de pollo deshebrado, un sope de chicharrón y un pambazo para ir comiendo. Pero tarde o temprano llega el remordimiento moral y estomacal, y con ellos las dudas sobre qué tanto te pasaste de garnacha.
Pero es posible llevar una relación funcional con este manjar callejero. Solo hay que saber lo que nos estamos metiendo en la boca y no atascarnos. Consultamos a la doctora Julia Salinas Dücker, especialista en nutrición, para conocer de cerca la anatomía de las garnachas y saber cuántas calorías tienen esa gordita y ese pambazo.
Aunque la doctora nos ayudó a desarmar nuestras garnachas favoritas para conocer sus calorías, nos recordó que más allá que su valor calórico, lo que importa son los ingredientes, las porciones, la frecuencia y con qué otros alimentos balanceas tu dieta. En otras palabras, no basar tu alimentación en garnachas. Por más que combines la proteína del chicharrón con las vitaminas de los nopales, por su preparación las garnachas contienen elementos que son dañinos para ti. Por ejemplo, al reciclar el aceite una y otra vez sus componentes se rompen y se vuelven grasas saturadas, que son más dañinas para nuestro organismo y nos hacen más propensos a tener problemas circulatorios o cáncer.
Pero incluso sabiendo esto vamos a seguir comiéndolas, por eso dio algunos consejos para abordar saludablemente la inevitable garnacha: buscar un lugar en donde no reciclen el aceite, moderar tus porciones, subir la cantidad de proteína y bajar la cantidad de masa, moderar el consumo de picante (aunque cada cucharada tiene relativamente pocas calorías, enchilarte provoca más antojo), acompañar tus garnachas con verduras, pedir nopales en lugar de carne y no consumir bebidas azucaradas. Con esto en mente, podemos pasar a las calorías de nuestras garnachas favoritas:
Quesadilla de chicarrón con queso: 320 kcal
Tortilla con aceite: 105 kcal
Queso Oaxaca: 65 kcal
Chicharrón: 150 kcal
Sope de carne deshebrada: 525.8 kcal
Masa con aceite: 69 + 45 kcal = 114 kcal.
Frijol: 80 kcal.
Carne de res deshebrada: 182 kcal.
Lechuga: 16 kcal.
Crema: 88 kcal.
Queso fresco: 45 kcal.
Toque de cebolla: 0.8 kcal.
Pambazo: mil 181 kcal
Bolillo: 152 kcal.
Salsa Guajillo: 320 kcal.
Aceite: 180 kcal.
Papa con chorizo: 380 kcal.
Lechuga: 16 kcal.
Crema: 88 kcal.
Queso fresco: 45 kcal.
Tostada de pollo: 440 kcal
Tostada frita: 148 kcal.
Frijol: 80 kcal.
Pollo: 43 kcal.
Lechuga: 16 kcal.
Jitomate y Cebolla: 20 kcal.
Crema: 88 kcal.
Queso: 45 kcal.
Tlacoyo: 385 kcal
Masa con aceite: 114 kcal
Relleno de frijol: 80 kcal.
Lechuga: 16 kcal.
Crema: 88 kcal.
Nopal preparado: 42 kcal.
Queso: 45 kcal.