CIUDAD DE GAZA.
El jefe de Hamás en la Franja de Gaza, Yahya Sinwar, afirmó que el movimiento islamista palestino está dispuesto a efectuar un canje “inmediato” de los rehenes en su poder por los presos palestinos en Israel. “Estamos dispuestos a acordar un inmediato canje de prisioneros que incluya la liberación de todos los presos palestinos en cárceles israelíes por todos los presos capturados por la resistencia palestina” en su incursión del 7 de octubre en Israel, afirmó Sinwar en un comunicado.
Sinwar se suma así a la postura expresada, también ayer, por Abú Obeida, el portavoz de las Brigadas, Ezzeldin al Qassam, brazo armado de Hamás, aunque la intervención de Sinwar tiene especial relevancia porque es su primera comparecencia pública desde la presente escalada del conflicto en la región. De los alrededor de 220 rehenes que tomó Hamás han sido liberados cuatro y se cree que decenas están en manos no de Hamás, sino de Yihad Islámica.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó ayer que el país examinará la totalidad de las vías para liberar a los rehenes capturados por el movimiento islamista palestino Hamás.
“Las autoridades agotarán todas las opciones para traerlos de vuelta a casa”, declaró Netanyahu, en respuesta a las autoridades de Hamás, aunque no informó de ningún acuerdo aún.
Asimismo, el premier se reunió ayer con los familiares de los rehenes. “Me duele el corazón cuando me reúno con las familias de los rehenes. Les he asegurado que agotaríamos todas las vías para conseguir la vuelta a casa de sus seres queridos. Su situación es un crimen contra la humanidad”, dijo.
Un portavoz de las Fuerzas Armadas israelíes, Daniel Hagari, ha respondido calificando las palabras de Sinwar de “terrorismo psicológico cínicamente empleado por Hamás para presionar”. “Nada está sobre la mesa en cuanto a los secuestrados. Sinwar no puede decir nada. Habla mediante intermediarios. Hamás no se comunica directamente con Israel y vamos a seguir haciendo todo lo posible para liberar a los rehenes”.
Otra fuente del ejército de Israel aseguró a medios locales que “Hamás no quiere un acuerdo. No hay que creer lo que dicen. Quieren retrasar la operación terrestre. Por eso hemos decidido ampliar la operación. Ha sido una decisión unánime de todo el gobierno”.
“La hipótesis de trabajo es que sólo cuando Hamás sienta la espada en la garganta querrá llegar a acuerdos. Entienden que Israel tiene líneas rojas y que no hay posibilidad de que Israel vacíe sus prisiones. Eso no va a pasar”, ha argumentado. Sin embargo, “entendemos que hay un precio que tendremos que pagar, pero no nos vamos a quebrar. Las familias de los rehenes comprenden”, dijo.