En los alrededores del Estadio Azteca, los vecinos, como ya es costumbre, rentan sus casas y banquetas para estacionarse, pero se quejan porque no saben si lograrán llenar el cupo que esperaban.
Las terrazas ofrecen paquetes de 900 pesos, que incluyen DJ antes y después del concierto, taquiza, barra libre. Para precopear mientras se camina a loa accesos, están las “Miches San Benito”, palomas, cerillitos y azules.
El caos en las cercanías del recinto se nota, pleitos entre carros, los gritos de los revendedores y gente caminando desesperada por encontrar su acceso, pues a pesar de la gran cantidad de elementos de seguridad que rodean el lugar, casi ninguno sabe orientar a los asistentes. La gente corre mientras advierten a otros que los están regresando de la puerta que está más adelante, dónde ya les habían indicado que era por ahí su acceso.
Ni acampar les sirvió, cuando les decían que sus boletos estaban duplicados.
La aglomeración en las entradas fue la constante, ante la desorganización para poder ingresar.
Además al llegar, muchos se encuentran con que sus boletos “no pasan”, según les dicen en las puertas.
Muchas personas se quejan de que a pesar de haber comprado sus boletos en Ticketmaster, les dicen que son inválidos porque sus códigos ya fueron utilizados
El Azteca está iluminado por una luna redonda y amarilla. Bad Bunny tiene la capacidad de extender las estaciones del año, los outfits veraniegos se ven por doquier, colores encendidos, estampados florales, tops, shorts, bermudas, sombreros de paja y bucket hats. Pero también hay atuendos más atrevidos, predominan las diademas de orejitas de conejo con luces y peluche, gente disfrazada de corazones rojos como la portada de Un verano sin ti, chamarras de lentejuelas y gente con mamelucos de tiburones que están esperanzados con ser uno de los afortunados que puedan subir al escenario
La cancha de futbol, durante dos noche es una playa, cuatro palmeras la adornan, arena y un largo pasillo con piso de madera que atraviesa a los fans de la sección general para la que algunos de ellos acamparon desde el miércoles por la mañana para estar en primera fila.
Uzielito Mix, fue el telonero encargado de amenizar la espera, los asistentes se prendieron con canciones de reguetón que suenan en el momento. A pesar de que la hora marcada para el inicio eran las 20:30 horas, a las 21:55 se apagaron las luces del estadio, al unísono de “Benito, Benito, Benito” la gente reclama a su artista favorito, dos minutos después sale Bad Bunny, quien corre a sentarse en una silla de playa al lado de una hielera de dónde saca su micrófono en forma de corazón. Se toma un minuto para admirar el sueño que está cumpliendo. “Aún no puedo creer que me presento en el Azteca”, twitteó el puertorriqueño antes del show.
Con el aforo lleno, Moscow Mule el Azteca se cimbró, pero la primera sorpresa de la noche fue cuando se unió Chencho Corleone, exintegrante de Plan B para cantar Me porto bonito.
Buenas noches. Bienvenido al World Hottest Tour que está haciendo su gran cierre en la Ciudad de México. Gracias por estar aquí está noche, lo único que yo les puedo pedir es que disfruten, que perreen, que brinquen, que hagan lo que quieran. Esta es su casa. Esta noche es un puto party” exclamó Bad Bunny antes de comenzar con Party acompañado de sus bailarines.
El público se vuelve parte del show, gracias a los brazaletes de luz que les repartieron al entrar a sus lugares, y van prendiendo al ritmo de la música con diferentes intensidades mientras suena Te boté.
México se hace presente y la voz de Juan Gabriel suena con un poco de Querida como precedente a una de las canciones más esperadas de la noche: Si veo a tu mamá se convirtió en una fiesta de año nuevo adelantada con pirotecnia incluida.
Bichiyal, dió paso a los siguientes invitados, el puertorriqueño Mora cantó Una vez, mientras que el panameño Sech lo hizo con Ignorantes y Otro trago
La pasarela se llenó de bailarinas que junto con las mujeres del público perrearon al ritmo de Yo perreo sola.
Para el cierre de su gira, Bad Bunny también se hizo acompañar de Jowel y Randy para cantar Safaera.
Después de una breve pausa, un Estadio Azteca a obscuras y un cambio de ropa del conejo malo quien ahora salió en pants y una playera suelta, llegó por fin la esperada canción del verano Tito me preguntó.
Para agasajar aún más a sus fanáticos, Jhay Cortez se unió a la fiesta con No me conoce y Dákiti.
Sentado en la arena, agradeció al público mexicano, quienes le pidieron que se tomara un fondo de la copa que tenía en la mano, y cumplió. “¿Quién de ustedes son celosos? ¿Cuántas parejas hay aquí?” Preguntó antes de comenzar Yo no soy celoso.
Yonaguni llegó a poner el ambiente romántico con abrazos, besos y miradas cómplices entre todos aquellos que si lograron “empezar el 2023 bien cabrón” juntos.
Los seguidores corrían de un lado a otro buscando que alguien les diera una respuesta.
GRITOS DE FRAUDE E INTENTO DE PORTAZO
Ante el grito de fraude y la exigencia de que les resolvieran su situación, una gran cantidad de fans no pudieron ingresar al recinto porque supuestamente sus boletos estaban duplicados o eran falsos.
Los seguidores argumentaron que sus boletos los habían comprado en Ticketmaster y muchas llorando, decían que habían pagado mucho para no poder ingresar.
Muchas de ellas comenzaron a gritar “fraude” y a intentar dar un portazo y en su desesperación brincar las barricadas.
Los fans desesperados buscaban la forma de entrar al ver que sus boletos eran rechazados.
Por medio de un comunicado, el Estadio Azteca aceptó que se detectaron casos de falsificación y boletos duplicados, por lo que decidió cancelarlos, y que las quejas las hicieran ante Ticketmaster.
Por su parte la Profeco, pidió a la empresa boletera que ofrezca una explicación de lo que sucedió.
En un comunicado, Ticketmaster ofreció disculpas a los afectados y asegurá que harñan reembolso y colaborará para esclarecer los hechos.