El ballet El Cascanueces les cambió la vida. Lo vieron cuando eran niños y su magia despertó en ellos la pasión por la danza. Estudiaron y estudian esta disciplina y ahora darán vida a varios de los personajes de esta pieza clásica como parte del elenco de la Compañía Nacional de Danza (CND).
Son los bailarines Braulio Fernández, que interpretará a El Cascanueces; Andrea Chávez, que hará de Clara; y Blanca Ríos, que encarnará al Hada del Azúcar, quienes se sienten orgullosos de participar en esta producción.
A 130 años de su estreno mundial, el 18 de diciembre de 1892 en el Teatro Mariinski de San Petersburgo, la CND presentará diez funciones de esta coreografía de Marius Petipa y Lev Ivánov, con música de Chaikovski, en el Auditorio Nacional del 16 al 23 de diciembre.
Tras dos años de ausencia por la pandemia, El Cascanueces regresa con música en vivo; participarán la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, dirigida por Iván López, y estudiantes de la Academia de la Danza Mexicana y de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del INBA.
La historia transcurre en Noche Buena en casa de la familia Stahlbaum. El relojero, juguetero y mago Drosselmeyer le regala a Clara un cascanueces. Ella se duerme abrazando al muñeco y a la medianoche los juguetes navideños cobran vida. Tras luchar contra un ejército de ratones, El Cascanueces se convierte en un príncipe y viaja con Clara al mundo de la fantasía, a la Tierra de la Nieve y al Reino de los Dulces.
“Es magia, es experiencia y mucha técnica”, comenta Braulio Fernández, corifeo de la CND. “Ya lo había interpretado, aunque no de manera profesional. Es un proceso increíble. Hay una gran producción detrás y muchos ensayos para relacionarte con todos los personajes”.
Afirma que lo más difícil de interpretar a El Cascanueces es cuando se convierte de un muñeco en un soldado. “Primero, los movimientos son rígidos, te debes mover de cierta manera, y cuando es humano tienes más libertad. Entonces, debes saber combinar ambas cosas, para que los dos se vean flexibles y graciosos”.
El ejecutante de 19 años dice que durante la temporada participarán cuatro bailarines que darán vida a El Cascanueces; y que él encarnará, cuando no tenga el papel principal, al solista ruso, al Caballero de las Nieves y al Arlequín.
Para Andrea Chávez, bailar el papel de Clara es muy emocionante. “Me siento muy parecida a ella. Es un poco presumida, igual que yo, y muy amigable con todos”, señala la niña de 9 años que cursa el cuarto grado en la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea.
Agrega que ha estado ensayando desde septiembre pasado y que serán seis niñas diferentes las que interpreten a Clara. “Lo más difícil es lograr que, cuando entra la música, todos los personajes se vean bien. Me gusta mucho estar con la orquesta en vivo”.
Señala que será la primera vez que baile en el Auditorio Nacional. “Más que miedo, me da emoción compartir el escenario con grandes bailarines. La escena que más me conmueve es cuando Fritz, el hermano de Clara, rompe El Cascanueces y ella llora. Yo lloro de verdad, me da tristeza. Pero el mago lo repara con un pañuelo mágico. Eso me agrada”.
Y, por su parte, Blanca Ríos, primera bailarina de la CND, explica que el dueto que baila el Hada del Azúcar es difícil. “Es fantástico. Representa el esplendor total de la técnica clásica, es agotador, exige mucho. Tiene que ser muy elegante. Debes mover con mucha suavidad la parte de arriba de los brazos y que, a la vez, las piernas se vean con mucha energía”.
Quien pertenece al cuerpo de baile de la CND desde hace 22 años, y ha interpretado al Hada del Azúcar desde hace 15 años aproximadamente, confiesa que es un privilegio participar en esta producción, “porque el Auditorio Nacional te exige preparación, es un reto llenar ese escenario y llegar a cada persona con tu interpretación.
“Ya hacía falta que volviera El Cascanueces. Se ha convertido en una tradición de las familias mexicanas, porque revive la magia”, concluye.