Un padre soltero ruso, cuya hija fue llevada a un internado después de que hiciera un dibujo contra la guerra en Ucrania, recibió una condena de dos años de prisión por desacreditar al ejército de su país.
Alexei Moskalev, de 53 años, no estaba el martes en la corte de Yefremov para escuchar el veredicto en su contra. Una portavoz de la corte afirmó que el hombre se escapó del arresto domiciliario, pero el jueves fue detenido en Bielorrusia.
Lo más probable es que se deba a que usó un celular de manera incorrecta”, dijo su abogado Dmitry Zakhvatov.
En marzo inició el proceso penal contra Moskalev cuando su hija Masha, de 13 años, fue enviada a un orfanato.
En abril, mientras estaba en clases, Masha realizó un dibujo con una bandera ucraniana con las palabras “Gloria a Ucrania”, y una bandera rusa que decía “No a la Guerra”. Vuelan misiles desde Rusia, pero una madre y su hija se interponen en su camino.
Al ver la ilustración, el profesor acudió con el director de la escuela y contactaron a Moskalev.
El padre se comunicó con Olga Podolskaya, miembro del consejo de la ciudad de Yefremov.
Que sentencien a alguien a prisión por expresar su opinión es algo terrible. Una sentencia de dos años es una pesadilla”, dijo Podolskaya en entrevista con la cadena británica BBC.
Sin embargo, la presión no inició por el dibujo, Podolskaya asegura que desde el año pasado Moskalev y Masha han sido perseguidos por las autoridades rusas.
El hombre recibió una multa por un comentario sobre la guerra en redes sociales el año pasado.
La policía comenzó a investigar las redes sociales de Alexei y le dijeron que estaba criando mal a su hija”, subrayó Podolskaya.
Es el caso más reciente de un ciudadano ruso que es condenado por criticar al ejército ruso.
Por esa causa, Alexei fue multado con 32 mil rublos (unos 415 dólares en aquel momento) bajo el cargo de desacreditar a las fuerzas armadas rusas.
Después abrieron otra causa penal por publicaciones contra la guerra.
El grupo de derechos humanos Memorial —prohibido por las autoridades rusas— ya lo calificó como un prisionero político.
Nadie ha visto a Masha desde el 1 de marzo”, explicó Podolskaya a la BBC, “pese a nuestros intentos de acceder al centro de menores y averiguar cómo está”.
Las autoridades rusas quieren que todos obedezcan las reglas. Nadie puede tener opinión propia. Si no están de acuerdo con lo que uno piensa ignoren sus publicaciones en redes sociales, pero no pongan a esa persona bajo arresto domiciliario y a su hija en un centro de menores”, lamentó.
El abogado a cargo del caso, Vladimir Biliyenko, aseveró que “Si realmente querían interrogar al padre, deberían haberle pedido una declaración. También deberían haber invitado a Masha para hablar con ella”.
Nada de esto se hizo. Simplemente decidieron enviarla (al orfanato). Pienso que, de no ser por la naturaleza de los cargos administrativos y penales que recibió Alexei, esto no estaría sucediendo. Los servicios sociales parecen obsesionados con esta familia. Creo que es por razones puramente políticas. Los problemas de la familia comenzaron después de que la niña hiciera el dibujo”, agregó.
Rusia se encuentra en el ojo del huracán. La comunidad internacional presiona para que retire sus tropas de Ucrania, donde ha reforzado su ofensiva militar, su amenaza de usar armas nucleares y el traslado de miles de niños ucranianos.
Esta semana la justicia rusa impuso dos meses de detención provisional al periodista del diario The Wall Street Journal, Evan Gershkovich, acusado de “espionaje”, un caso sin precedentes en la historia reciente del país, que provoca “preocupación” en Estados Unidos.
Y a ello se suma la revelación del caso de Moskalev y Masha, para quienes diversas ONG que defienden los derechos humanos piden su reunificación.