Este 16 de julio es el Día Internacional Drag. Los tacones altos sobre el piso producen un eco inusual en el del Bosque de Chapultepec; son de las drag queens, quienes se apresuran hacia los vestuarios para dar los últimos retoques al maquillaje y vestuario que lucirán como parte de un espectáculo por al del Día Internacional del Orgullo LGBTQ+ que se celebra y conmemora en junio.
Entre las participantes se encuentra la diseñadora Astra Lem, quien está lista para mostrar a los espectadores de la Casa del Lago sus habilidades creativas, con un maquillaje y leotardo en tonos rosados y azules, los cuales parecen salidos de una película de ciencia ficción.
La artista escénica explica que su vestuario se basa en el gusto por los cómics y el diseño hace alusión a los mutantes. Sin embargo, recalca que este también se relaciona con el proceso de transición que fue simultáneo con sus deseos de interpretar a una drag queen.
“Inicié mi transición y mi drag al mismo tiempo. Entonces, son como procesos paralelos que se unen hasta cierto punto […] El saber que había personajes que no existían, pero tenían superpoderes y de ahí viene mucho mi inspiración, crear un personaje ‘ficticio’”, explicó.
Círculos de violencia en el mundo Drag
Mientras la ‘Diva del drag mutante’ relataba la fuente de inspiración de su vestuario y el proceso de ideación, dos de las grandes ayudantes, su mamá Ana Betanzos y su hermana Elián, colocaban algunas decoraciones para dar forma a aquella superheroína salida de otro mundo.
Tener una familia que la apoya en la producción de sus diseños y la acompaña en cada evento, es algo que llena de dicha a Astra Lem. No obstante, reveló que en un principio fue difícil explicarles la motivación de querer salir al mundo con una nueva apariencia, siendo una drag queen.
“Afortunadamente […] mi mamá, mi hermana, me apoyan en todo momento […] Generalmente, como que tengo una idea y digo, ‘a ver, cómo la podemos hacer en equipo’ y me ayudan. No solamente ellas, está toda mi familia, mi papá, mi tía. […] Al principio como que no entendían, pero fue como de, ‘pues aquí estoy y no me voy a ir’. Entonces, fue una cuestión de asimilación paulatina”, confesó.
La experiencia familiar de Astra Lem es algo que no todas las personas viven al manifestar la identidad y representación del género. De acuerdo con la Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género 2018 (ENDOSIG), el 31.7% de las personas trans tuvo que salir de sus hogares por falta de apoyo familiar.
Aunado a ello, la artista aclaró que la diversidad es algo que aún no se acepta ni respeta socialmente, especialmente en el entorno de las drag queens. Incluso, considera que hay personas de la misma comunidad LGBTIQ+ que reproducen los patrones de violencia hacia las y los demás.
“Hay una serie de violencias normalizadas como la transmisoginia. El panorama está ocupado por hombres gays cis que hacen drag y no hay muchas propuestas desde las identidades trans, desde las identidades no binarias.
Cuando se normaliza la discriminación hacia quienes rompen el orden tradicionalista de los géneros, las agresiones comienzan a intensificarse. Este fenómeno es visible a través de los datos del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra personas LGBTTTQ+ que ha registrado más de 90 agresiones a mujeres trans mexicanas en los últimos tres años.
Del encasillamiento a la libertad de crearse
Al salir a escena con un espectáculo lleno de luces y coreografías estrictamente sincronizadas, ¿Astra Lem interpreta un papel o realmente manifiesta su propia personalidad?
Según comenta, este personaje va más allá que una simple actuación, un rostro pintado con maquillaje, peinados extravagantes y zapatos de plataforma. Es algo que ha emanado de su ser y hasta volverse “una extensión de tu propia identidad”.
De hecho, en cada evento, la drag queen busca exponer que el talento artístico se logra con perseverancia y pasión, aunque las categorías del género asignadas al nacer quieran impedírselo.
“Hay personas que me dicen, ‘ay, no te ves tan femenina’, ‘deberías usar esto para verte como una verdadera ‘drag queen’ pero para mí, ser drag no está casado con lo femenino […] Y me encanta que mi drag sea una propuesta un poco que rompe con esos binarismos», resaltó.
Esta idea de encasillar lingüísticamente también se ve reflejada desde el ámbito académico, ya que la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) define como drag queen a una persona biológicamente hombre que viste con prendas femeninas, con finalidad es entretener en un evento.
No obstante, hoy en día, la cultura drag forma parte de la ruptura entre las barreras del «ser» para dar paso a la experimentación de la identidad.
Existen hombres o mujeres cisgénero que desean usar una peluca, pestañas postizas o falda y al hacerlo, no solo logran cruzar esa línea que busca reducir la esencia de las personas desde el tipo de cuerpo o preferencia sexual; también, es un acto de empatía y libertad.
«Cualquier persona podría ser drag. Lo que considero es […] el entender que el drag viene de una cultura LGBT, una cultura disidente […] Experimentarlo sin importar tu orientación sexual, tu identidad del género, es muy aplaudible, pero sobre todo, creo que es una experiencia de valentía», añadió.