Corea del Sur y Estados Unidos desplegaron este martes aviones de combate, incluyendo cazas furtivas, sobre las aguas cercanas a la península coreana, en una nueva demostración de fuerza en respuesta a las recientes pruebas de misiles del Norte, informó Seúl.
Dieciséis aviones de combate surcoreanos, incluyendo aviones furtivos F-35 y cuatro cazas F-16, formaron un escuadrón de ataque sobre el mar Amarillo para «responder a la amenaza enemiga,» declaró el jefe del Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur.
Los aliados demostraron su fuerte capacidad y voluntad para atacar de manera rápida y precisa ante cualquier provocación de Corea del Norte», añadió.
Las maniobras aéreas, en las que participaron unos 20 aviones de combate, tuvieron lugar un día después de que los aliados dispararan ocho misiles balísticos al mar de Japón tras los ensayos con armas similares por parte de Pyongyang.
El domingo, Corea del Norte disparó ocho misiles balísticos de corto alcance desde cuatro lugares diferentes en espacio de 30 minutos, en lo que constituyó una de sus pruebas más grandes, según los analistas.
Responsables de Estados Unidos y Corea del Sur han advertido durante semanas de que el régimen de Kim Jong Un se prepara para llevar a cabo una nueva prueba nuclear.
La subsecretaria de Estado estadunidense, Wendy Sherman, indicó, en una visita de tres días a Seúl, que habría una respuesta «rápida y contundente» si Pyongyang decidiese seguir adelante con la que sería su séptima prueba de este tipo.
Sherman dijo que Estados Unidos todavía está dispuesto a dialogar con Corea del Norte, ya que «no alberga ninguna intención hostil hacia» Pyongyang.
Las maniobras aéreas del martes son la tercera demostración conjunta de fuerza de los aliados bajo el nuevo presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, que prometió una postura más dura hacia Pyongyang.