Corea del Sur celebra el miércoles elecciones legislativas consideradas cruciales para que el presidente Yoon Suk Yeol pueda impulsar su agenda conservadora. La votacion para elegir a los 300 miembros de la Asamblea Nacional es vista como un referendo sobre Yoon, quien ganó las presidenciales de 2022 con el margen más estrecho en la historia del país.
Su Partido del Poder Popular espera retomar el control legislativo, en manos de la oposición desde 2016, con lo cual podría impulsar su agenda que incluye la reforma al sistema de salud, una política dura con Corea del Norte y la promesa de eliminar el Ministerio de Igualdad de Género. Pero un triunfo opositor, como lo apuntan algunas encuestas, podría debilitar a Yoon, quien arrastra bajos índices de aprobación, en lo que queda de su mandato hasta 2027.
«Si el Partido del Poder Popular sigue siendo minoría después de la elección (…) la cooperación con la Asamblea Nacional será muy difícil», adelantó Kang Joo-hyun, profesora de ciencias políticas y relaciones internacionales de la Universidad Sookmyung.
Señaló que al darse la votación a mitad del mandato de Yoon, será una oportunidad para evaluar a su gobierno, pero también a la oposición. Pero la población surcoreana discute sobre otros temas de cara a las elecciones, incluyendo una huelga de médicos, una cartera Dior y cebollas de verdeo.
El sistema de salud surcoreano se ha visto afectado desde el 20 de febrero por una huelga de médicos que ha obligado a los hospitales a cancelar cirugías y tratamientos. Los médicos rechazan las reformas sanitarias de Yoon, que aumentarán fuertemente las admisiones a las facultades de medicina para reducir el faltante de profesionales del sector.
La reforma de Yoon goza de amplio respaldo popular y «podría ayudarle a su partido en la votación», anticipó Shin Yul, profesor de ciencias políticas de la Universidad Myongji. Por el contrario, Yoon enfrenta un dolor de cabeza por un escándalo desatado con imágenes de una cámara oculta en que aparece la primera dama, Kim Keon Hee, recibiendo una cartera de Dior valorada en 2.97 millones de wones (unos 2 mil 200 dólares / 35 mil 950 pesos mexicanos).
El obsequio viola las leyes surcoreanas que prohíben a servidores públicos y sus cónyuges recibir cualquier cosa con un valor de más de un millón de wones (unos 740 dólares / 12 mil pesos). Yoon calificó el video como una «maquinación política» y aseguró que su esposa solo aceptó la cartera porque se le hizo difícil rechazarla.
Lo que Yoon no ha podido eludir es la disconformidad con la inflación, de más de 3%, y las críticas a su manejo de la economía, que según encuestas de Gallup son claves en las críticas a su gestión. El presidente visitó recientemente un mercado para observar de primera mano los precios al consumo. Al mirar un puñado de cebollas de verdeo comentó: «he ido a muchos mercados y me parece que 875 wones (0.65 dólares / 10.50 pesos mexicanos) es un precio razonable».
Sin embargo, el precio normal del producto es de tres o cuatro veces más que ese monto, y los medios locales informaron de que esa tienda había bajado los precios de ese producto antes de la visita de Yoon. Su comentario se convirtió rápidamente en objeto de burla y memes, mientras el vegetal se volvió un símbolo opositor, al punto que la Comisión Nacional Electoral prohibió a los votantes llevarlo a los centros de sufragio.
El exdiputado Yoo Seung-min dijo en una entrevista reciente con la televisión local MBN que los surcoreanos eligieron a Yoon con la esperanza de que reactivaría la economía, pero que han quedado decepcionados.
«El entuerto de Yoon sobre las cebollas de verdeo caldeó» ese sentimiento, agregó.