Un establecimiento para personas con discapacidad fue alcanzado este viernes por bombardeos rusos, cerca de Járkov, en el este de Ucrania, pero no causó víctimas, según un primer balance de los servicios de emergencia.
El enemigo atacó hoy (viernes) un establecimiento especializado para personas con discapacidad cerca de Oskil», indicó en Telegram el responsable de la administración regional, Oleh Sinegubov.
La fuente precisó que 330 personas –de las que 10 están en silla de ruedas y 50 tienen movilidad reducida– se encontraban en el lugar cuando se produjo el ataque, pero que todas estaban «a salvo» de los bombardeos.
Setenta y tres personas fueron evacuadas, según Sinegubov.
Afortunadamente, no hay víctimas», indicaron un poco después de los servicios de rescate ucranianos, si bien «la estructura del edificio quedó destruida en el 2º y 3º piso».
Ya no hay calefacción ni luz ni agua», explicó en Facebook Yuri Shparaga, responsable de Asuntos Sociales de la región de Járkov.
Los rusos volvieron a llevar a cabo un ataque brutal contra civiles», lamentó Sinegubov. «¡Es un crimen de guerra contra civiles, un genocidio de la nación ucraniana!», señaló en su canal de Telegram.
Este ataque se produjo dos días después del bombardeo contra un hospital pediátrico de Mariúpol (sur), que provocó la muerte de tres personas, incluida una niña, y numerosos heridos.
El hospital pediátrico de Mariúpol estaba «operativo», aseguró este viernes ante la prensa una portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, rechazando la idea planteada por Rusia de la tragedia sería una «puesta en escena» de los «nacionalistas» ucranianos.
Según Sinegubov, el ejército ruso «no tiene más opción que atacar cínicamente a la población civil» frente a la resistencia armada ucraniana, tras más de dos semanas de combates.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha registrado 26 ataques contra establecimientos ucranianos de los servicios de salud desde que empezó la invasión rusa, que han causado 12 muertos y 34 heridos, indicó un portavoz, Tarik Jasarevic, en directo desde Leópolis (oeste), durante una sesión informativa de la ONU que tenía lugar en Ginebra.