Su caballete está instalado frente a una ventana con vista al emblemático cerro Pan de Azúcar, postal de Rio de Janeiro. Pero el artista plástico brasileño ‘Jota’ prefiere retratar las modestas casas de una favela. Las obras de este pintor autodidacta de 22 años se han vuelto muy cotizadas entre los coleccionistas, tanto en Brasil y como en el extranjero.
Y no es el único: una nueva generación de artistas afrobrasileños nacidos en los barrios pobres de Rio está ganando un lugar de destaque en ferias de arte contemporáneo y en prestigiosos museos. El universo que inspira las creaciones de ‘Jota’, cuyo nombre es Johny Alexandre Gomes, es la favela Chapadão, en la zona norte de Rio, donde los tiroteos son frecuentes.
A su modesta vivienda de dos ambientes no se puede llegar en auto: narcotraficantes instalaron bloques de hormigón en la calle para impedir la entrada de vehículos de la policía. La violencia policial es uno de los temas en las obras de ‘Jota’, retratada con especial realismo en un cuadro que muestra un grupo de vecinos cargando un cadáver envuelto en una sábana ensangrentada, durante una operación policial en la favela.
«Esas cosas deben mostrarse», sostiene Jota.
Pero él también procura transmitir «otra mirada» sobre la favela, como el encanto de «las casitas apiladas» al lado de palmeras tropicales, o el ambiente de los «bailes funk» frecuentados por los jóvenes en Chapadão. A los 16 años, ‘Jota’ ayudaba a su tío albañil. Y pintó sus primeras creaciones en placas de madera que recogía en la construcción, con tinta acrílica barata.
Pero todo cambió cuando fotos de sus obras en Instagram atrajeron la atención de Margareth Telles, fundadora de la plataforma MT Projetos de arte, que le provee a ‘Jota’ los materiales, un atelier en el centro de la ciudad y gestiona la venta de sus obras. En la feria anual de arte contemporáneo ArtRio, las pinturas de Jota se venden en horas. En la última edición, en septiembre pasado, una de sus obras se vendió por 15 mil reales (unos 3 mil dólares / 54 mil 100 pesos mexicanos). Con el dinero, compró una casa a 100 metros de la de su madre, en Chapadão.
«Mi vida mejoró mucho. Pero quiero poder hacer mucho más», dice este artista que en 2021 expuso su trabajo en Amsterdam, tras ganar el premio del Fondo Prince Claus.
Para Telles, la aparición de jóvenes artistas negros como ‘Jota’ «no es una moda», sino «algo que llegó para quedarse», impulsado especialmente por la conciencia que despertó en todo el mundo la muerte del afroestadunidense George Floyd a manos de un policía blanco en 2020. El año pasado, expuso una de sus obras en el Museo de Arte de Sao Paulo (Masp), junto a un cuadro del modernista Candido Portinari (1903-1962), uno de los pintores más renombrados de la historia de Brasil.
Otro representante de esta nueva ola, ‘O Bastardo’ (‘El bastardo’), acaba de inaugurar su primera exposición individual en el Museo de Arte de Rio (MAR). Este pintor de 25 años, que prefiere no revelar su nombre, se inició como grafitero. Pero se hizo conocido por sus retratos de personalidades negras, como la pareja de Beyonce y Jay-Z, Basquiat o Martin Luther King, con gruesas pinceladas sobre un fondo azul estridente.
Como ‘Jota’, fue criado por una madre soltera (de ahí su nombre artístico) y fue descubierto en Instagram, en 2021, por coleccionistas italianos. Su éxito internacional encontró eco en Brasil, donde hoy lo representan grandes galerías.
«Estaba en París después de ganar una beca de la escuela Beaux-Arts, pero no tenía un centavo, dormía en el sofá de una amiga», recuerda este artista que creció en Mesquita, un barrio pobre de Rio de Janeiro. «Con todos los pedidos que recibí, tendré trabajo para los próximos cinco años», comenta este hombre corpulento y de finas rastas.
‘O Bastardo’ mezcla escenas de la vida cotidiana de su barrio con referencias que toma de todas partes, a veces mucho más allá de las fronteras de Brasil. En «El Salón de Belleza de la Tía Nené», por ejemplo, aparece «una silla donde se sentó Kanye West durante un desfile de moda en París y los azulejos de una casa destruida en Siria» que vio en la prensa.
«Hoy, para la mayoría de los artistas jóvenes negros de Rio, la referencia no es Picasso, sino la cultura hip hop. Es una revolución social, que cuestiona los cánones del arte», afirma Marcelo Campos, curador del MAR.