¿Cómo cambió la dinámica maestro-alumno con la pandemia?

La pandemia de covid-19 impactó a todos los sectores de la población, en la educación la relación maestro-alumno cambió totalmente.

El ámbito educativo es quizás uno de los más golpeados: docentes, estudiantes y familias tuvieron que transformar la dinámica de enseñanza, siendo obligados a trabajar bajo esquemas que jamás habrían imaginado y para los cuales no estaban preparados.

Es por ello que la educación en línea en México sigue siendo un reto y esfuerzo para maestros y alumnos.

Recordemos que un maestro no solamente transmite conocimiento, sino que también prepara y revisa el material con el cual los alumnos podrán desarrollar un aprendizaje, y por tal motivo, es importante para ellos mantener a sus estudiantes motivados y comprometidos.

Relaciones significativas con alumnos en pandemia

Según la Asociación Americana de la Investigación en la Educación, se encontró en más de 46 estudios, que las relaciones sólidas entre maestros y estudiantes se asocian al éxito a corto y largo plazo.

El vínculo entre estudiantes y docentes es clave tanto para el desarrollo cognitivo, como para el socioemocional del alumno.

Por tanto, tener una relación con enfoque recíproca y de escucha activa, es esencial para que un maestro pueda tener una comprensión holística del estudiante, y de esta manera poder conocer sus necesidades y retos.

Sin embargo, por causa de la pandemia y transformación digital en la educación, fomentar la escucha activa y crear un espacio seguro para la comunicación directa con alumnos, se volvió una batalla para los maestros.

Las clases en línea fueron un obstáculo para comunicarse con alumnos, aun así los maestros buscaron canales de comunicación, desde juntas individuales fuera de su tiempo de trabajo por Zoom con cada alumno, hasta mensajes por WhatsApp y Messenger.

Aprendizaje autónomo

De acuerdo con datos de la UNESCO, cerca de 1600 millones de estudiantes en todo el mundo han tenido que tomar clases a distancia, pero no todos en las mismas condiciones, por lo que el aprendizaje autónomo tomó relevancia durante la pandemia.

Para Larisa Enríquez Vázquez y Myrna Hernández Gutiérrez, académicas de la UNAM, el aprendizaje autónomo es un concepto que refiere a la formación de los estudiantes como aprendices, con la capacidad de tomar el control sobre su propio proceso de aprendizaje, para el resto de la vida.

El año 2020 fue determinante para mostrar la necesidad y urgencia de fomentar habilidades que permitan a los estudiantes ser autogestivos, y regular sus procesos de aprendizaje”, señalaron en un estudio publicado por la máxima casa de estudios.

Recordaron que los resultados que se obtuvieron del “Cuestionario aprendizaje autónomo en tiempos de covid-19”, aplicado en 20 estados de la República, es que existen casos de alumnos que no saben manejar sus emociones y sentimientos, y también mencionan el no tener una persona con la cual hablar.

En la situación de aprendizaje en el nuevo entorno digital, diversos alumnos mencionaron, no sólo depresión por la situación de confinamiento y enfermedad, sino también desánimo y frustración porque los profesores no responden sus mensajes ni ayudan a aclarar dudas.

Parece ser que los docentes no están cubriendo las expectativas en cuanto a la comunicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje y, en opinión de los alumnos, tampoco los están apoyando para afrontar emocionalmente la pandemia”, señalaron las académicas.

Concluyeron que si bien las propuestas didácticas realizadas a partir de metodologías centradas en el alumno promueven el desarrollo de la autonomía, es fundamental resaltar el papel del docente en este tránsito, que se preocupe por crear experiencias formativas basadas en las características, necesidades e intereses del individuo que aprende.

Es clara la participación que debería tener el docente en, además de la tradicional dimensión cognitiva, las dimensiones metacognitiva, social, y la orientada a la acción. Pero, sobre todo, en el contexto generado por la pandemia de covid-19, en la dimensión afectiva-emocional, ya que la emergencia actual evidencia la necesidad de acompañamiento y escucha”, destacaron.

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