El rey Carlos III saludó el miércoles en Nairobi a veteranos de las dos guerras mundiales en su segundo día de visita a Kenia, tras condenar la víspera los abusos británicos de la época colonial en este país del este de África. El monarca, de 74 años, afirmó el martes que «no puede haber excusa» para las atrocidades cometidas por el Imperio Británico en Kenia, pero se abstuvo de pedir formalmente perdón, como solicitan algunas voces.
Es la primera visita de Carlos III como rey a un país de la Commonwealth (Mancomunidad de Naciones). Se produce además antes de que Kenia celebre, en diciembre, el 60º aniversario de su independencia de la corona británica. Acompañado por su esposa Camila, Carlos III visitó el miércoles por la mañana un cementerio militar en Nairobi para rendir homenaje a los africanos muertos por Gran Bretaña en las dos guerras mundiales, depositando una corona de flores ante sus tumbas antes de saludar a antiguos combatientes kenianos.
Después de concluir el programa de dos días en la capital, la pareja real viajará a la ciudad portuaria de Mombasa (sur), donde Carlos III —comprometido con las cuestiones medioambientales— visitará una reserva natural y se reunirá con representantes religiosos. El monarca depositó el martes una corona sobre la tumba del soldado desconocido en un jardín donde se izó en diciembre de 1963 la bandera de Kenia, tras arriarse la «Unión Jack» británica, y participó en una cena de Estado con el presidente William Ruto.
«Hubo aberrantes e injustificables actos de violencia contra kenianos mientras libraban (…) una penosa batalla por la independencia y la soberanía», declaró el monarca durante la cena. «Nada de esto puede cambiar el pasado pero encarando nuestra historia con honestidad y apertura, quizá podamos mostrar la fortaleza de nuestra amistad actual, y haciéndolo, espero que podamos continuar construyendo un vínculo cada vez más estrecho en los próximos años», dijo.
Ruto destacó que «la valentía y disposición» del rey Carlos para «arrojar luz sobre unas verdades incómodas» podría ser el primer paso para lograr «progresos, más allá de las vacilantes y equívocas» medidas adoptadas en los últimos años.
«Enfrentarse al oscuro pasado del Imperio», tituló en portada el miércoles el diario keniano The Standard.
The Star calificó de «irrealistas» las demandas de reparaciones. «¿Qué puede reparar hoy el rey Carlos?», añadió en un editorial, sugiriendo sin embargo que el soberano podría contribuir a la restitución de bienes expoliados. Varias organizaciones kenianas de antiguos combatientes y de defensa de los derechos humanos esperaban que las autoridades británicas pidieran disculpas por las atrocidades cometidas durante la época colonial (1895-1963).
Por el momento, estas se limitaron a expresar en 2013 su «sincero pesar» por las violencias coloniales en Kenia. Después de años de procedimientos judiciales, Londres aceptó en 2013 indemnizar a más de 5 mil kenianos víctimas de violencias durante la insurrección Mau Mau, que dejó más de 10 mil muertos entre 1952 y 1960. Tras deducir los gastos judiciales, cada uno recibió unas 2 mil 600 libras (unos 3 mil 100 dólares / 56 mil 645 pesos mexicanos).
El jefe de Estado alemán, de visita en el país vecino Tanzania, pidió «perdón» el miércoles por los abusos cometidos por las fuerzas coloniales alemanas a principios del siglo 20.
«Me inclino ante las víctimas de la dominación colonial alemana. Como presidente alemán, me gustaría pedir perdón por lo que los alemanes hicieron aquí a vuestros antepasados», declaró Frank-Walter Steinmeier.