Bukele oficializa su candidatura para reelegirse como presidente de El Salvador

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, inscribió a la medianoche de este jueves su candidatura a la reelección para los comicios del 4 de febrero, con arrolladora popularidad por su ofensiva contra las pandillas, pero cuestionado por su concentración de poder y la legalidad de su postulación.

Bajo fuerte seguridad con una caravana de vehículos, Bukele, junto con su compañero de fórmula, el vicepresidente Félix Ulloa, acudió al Tribunal Supremo Electoral (TSE), en el oeste de San Salvador a las 23:11 horas, minutos antes de que venciera el plazo otorgado para que los candidatos presentaran su documentación, donde decenas de seguidores coreaban «¡Nayib!» y «¡reelección!». Su partido Nuevas Ideas (NI) difundió en redes sociales fotos en la que se le ve reunido con los magistrados, vestido de sudadera azul.

«El pueblo salvadoreño va a decidir si quiere seguir construyendo el nuevo El Salvador o si quieren regresar al pasado (…) vamos, con la ayuda de Dios, a enterrar a esa oposición para eso necesitamos arrasar en todas las urnas», dijo el mandatario en una declaración. «Falta mucho y todo eso lo vamos hacer en los próximos cinco años (…) El Salvador está listo para trabajar con toda la comunidad internacional de la mano, pero siempre respetando nuestra soberanía y nuestra independencia», agregó.

Bukele, millennial hábil con las redes sociales, es el presidente más popular de América Latina con el respaldo de 90% de los salvadoreños, según una encuesta publicada en julio por la oenegé Latinobarómetro 2023. Ese abrumador apoyo radica en su plan de seguridad que apaciguó a comunidades aterrorizadas por las pandillas, pero a costa, según grupos humanitarios, de derechos limitados por el régimen de excepción que rige en el país desde marzo de 2022.

Su popularidad hace ver, por ahora, que no tendrá rival. Según un sondeo de la Universidad Francisco Gavidia, Bukele tenía en agosto 68.4% de intención de voto, lejos del 4.3% del candidato de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y del 2.8% del izquierdista Frente Farabundo Martí (FMLN). En un país donde estuvo prohibida la reelección hasta la llegada de Bukele al poder, opositores, abogados y analistas consideran que su postulación es inconstitucional, habilitada por magistrados que nombró un Congreso que domina.

Los magistrados del ente colegiado deben ahora analizar la solicitud de Bukele y aceptarla o rechazarla. Si la aceptan el mandatario será el primer jefe de Estado en ser un candidato a la Presidencia a la misma vez que es presidente. Por ley, debe dejar la Presidencia el 1 de diciembre del año en curso, seis meses antes de acabar su período al frente del Ejecutivo, que concluye el 1 de junio de 2024.

El articulo 156 de la Constitución establece que «los cargos de presidente y de vicepresidente, y los de designados solamente son renunciables por causa grave debidamente comprobada, que calificará la Asamblea Legislativa». Hasta antes de este cambio, un mandatario debía terminar su período de 5 años y esperar 10 para buscar nuevamente la Presidencia.

La controvertida gestión (y candidatura) de Bukele

Su triunfo en las elecciones de 2019 rompió 30 años de bipartidismo de izquierda y derecha, cuando El Salvador figuraba como uno de los países más violentos de América Latina. Tras un fin de semana que registró 87 asesinatos atribuidos a las ‘maras’, Bukele impuso el régimen de excepción bajo el que ha habido unos 73 mil detenidos, y este año inauguró una cárcel para más de 40 mil reos, considerada la más grande del continente.

Ciudades y barrios acorralados por las pandillas, que viven de la extorsión, la venta de droga y el sicariato, han sido cercadas por miles de policías y militares. Grupos de derechos humanos critican que el régimen de excepción permite juicios colectivos y arrestos sin orden judicial. Unos 7 mil inocentes ya debieron ser liberados, según datos oficiales.

Pero Bukele hace caso omiso a esos reparos, afirma El Salvador está «por primera vez en paz» y señala que hubiera sido «imposible» librar la «guerra contra las pandillas» sin el poder legislativo que trajo «gobernabilidad».

«El FMLN y Arena solo robaron. Bukele ha hecho que hoy se viva más tranquilo, sin que los bichos (pandilleros) anden j0$%3&do a la gente honrada», dijo Javier Ramírez, chofer de bus de 54 años, a la agencia AFP-

«La prolongada incertidumbre por la inseguridad es uno de los factores que propiciaron (…), sin duda, el apoyo que tiene», dijo la directora del Instituto de Opinión Pública de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA), Laura Andrade. Ante las críticas, seguro de su popularidad, Bukele ha ironizado diciendo ser «el dictador más cool del mundo».

Obtener la supermayoría con aliados (67 de 84) en el Congreso en 2021, le permitió destituir y reemplazar a cinco magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. En septiembre de ese año, la nueva Sala hizo una interpretación de los artículos de la Constitución que prohíben la reelección y lo habilitó para aspirar a un segundo mandato.

«No pueden sobreponerse los criterios de popularidad o de encuestas por encima del texto Constitucional», dijo el director de sondeos de la Universidad Francisco Gavidia, Oscar Picardo.

En la calle no muchos se expresan en contra, pero Manuel Cubías, jubilado de 76 años, lamenta que «han cambiado cosas y no le han pedido opinión a nadie». Para Omar Serrano, vicerrector de la UCA, la candidatura «confirma la pérdida del Estado de Derecho y que la ley y la institucionalidad está supeditada a la voluntad del presidente».

«Tiene todo para reelegirse: los tres poderes, la Fiscalía, toda la institucionalidad, la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas. Además del respaldo social mayoritario», aseguró.

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