El senador y ex candidato presidencial, Bernie Sanders, presentó una propuesta legislativa que busca reducir la semana laboral estándar en Estados Unidos de 40 a 32 horas, sin afectar los salarios de los trabajadores. Esta medida ha generado un intenso debate sobre los beneficios y desafíos que podría implicar para empleadores y empleados.
La ley propuesta por Sanders, tendría un período de implementación de cuatro años, durante los cuales se reduciría el umbral para la elegibilidad de pago de horas extras. La semana laboral de 40 horas ha sido una norma establecida en Estados Unidos desde su inclusión en la ley federal en 1940.
Durante una audiencia celebrada ante el Comité Senatorial de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones para discutir la propuesta, Sanders argumentó que los avances en tecnología y productividad no se han traducido en mejoras para los trabajadores estadunidenses, quienes continúan trabajando más horas por salarios relativamente bajos.
«Los estadunidenses trabajan más horas que cualquier otro país desarrollado, pero los beneficios de esta productividad no se han distribuido equitativamente», afirmó Sanders, citando datos que muestran que los trabajadores en Estados Unidos trabajan cientos de horas más al año en comparación con países como Japón, Gran Bretaña y Alemania.
Sin embargo, la propuesta ha recibido críticas de varios sectores. El senador republicano Bill Cassidy expresó su preocupación durante la audiencia, argumentando que una reducción de la semana laboral perjudicaría a los empleadores, podría llevar a la pérdida de empleos y provocar aumentos en los precios para los consumidores.
A pesar de las críticas, la idea de una semana laboral más corta ha ganado terreno en los últimos años, especialmente con la pandemia de Covid-19 que ha transformado las dinámicas laborales y ha generado un debate sobre la calidad de vida de los trabajadores.
Sanders no es el único defensor de esta idea. El representante demócrata Mark Takano, presentó una propuesta similar en la Cámara en 2021 y la ha reintroducido como un proyecto de ley complementario al de Sanders en el Senado.
Para respaldar su propuesta, Sanders hizo referencia a un estudio realizado en Gran Bretaña en 2022, donde empresas que adoptaron una semana laboral de cuatro días experimentaron mejoras en la productividad y la satisfacción de los empleados, mientras que los ingresos se mantuvieron estables.
Juliet Schor, economista del Boston College y principal investigadora del estudio, testificó durante la audiencia del jueves que la mayoría de las empresas que cambiaron a una semana laboral de cuatro días mantuvieron esta nueva dinámica un año después, con impactos positivos en el bienestar de los trabajadores.
A pesar de estos argumentos a favor, algunos críticos, como Liberty Vittert, profesora de estadística en la Universidad de Washington en St. Louis, señalan que no hay suficiente evidencia estadística para respaldar un mandato nacional de una semana laboral de 32 horas, y que esta medida podría no ser aplicable a todos los sectores de la economía.