CIUDAD DE MÉXICO/
Alemania ha superado este jueves el umbral de los 3,2 millones de casos de coronavirus tras notificar cerca de 30 mil durante el último día, en medio de un aumento de los contagios que ha llevado a las autoridades a sopesar una ampliación de las restricciones.
El Instituto Robert Koch, el ente gubernamental encargado del control de enfermedades infecciosas, ha indicado que durante las últimas 24 horas se han confirmado 29.518 casos y 259 muertos, lo que sitúa los totales en 3 millones 217 mil 710 y 80 mil 893, respectivamente.
Así, la tasa de incidencia acumulada durante los últimos siete días es de 161,1 casos por cada 100 mil habitantes, con cerca de 291 mil 500 casos activos. La cifra se ha estabilizado durante los últimos días, tras un aumento sostenido desde marzo.
Por otra parte, el Instituto Robert Koch ha cifrado en alrededor de 2 millones 845 mil 300 el total de personas recuperadas hasta la fecha de COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, incluidas unas 21 mil 200 durante las últimas 24 horas.
El Bundesrat, la Cámara Alta del Parlamento de Alemania, ha aprobado este mismo jueves el paquete de restricciones a implementar de manera nacional con el objetivo de frenar la expansión de la pandemia de COVID-19. El proyecto recibió ‘luz verde’ el miércoles en el Bundestag.
Entre otras medidas, la modificación a la ley de protección contra infecciones recoge un toque de queda nocturno de 22.00 a 05.00 horas en aquellos distritos con una incidencia superior a 100 en siete días durante tres días seguidos, tal y como ha recogido la agencia alemana de noticias DPA.
Asimismo, la enmienda a la ley también recoge otras restricciones como una normativa más estricta para empresas, así como la educación escolar virtual en los estados federados que superen una incidencia de 165.
De ser aprobada y ratificada por el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, la normativa podría entrar en vigor el sábado.
El ministro de Sanidad alemán, Jens Spanh, describió el miércoles la situación como «extremadamente grave», mientras que el vicecanciller, Olaf Scholz, defendió la necesidad de una claridad y consistencia en una batería de medidas aplicadas a nivel federal.