Absuelven a Silvio Berlusconi, exprimer ministro de Italia, por sobornar a testigos de sus fiestas sexuales

Un tribunal italiano absolvió el miércoles al exprimer ministro Silvio Berlusconi de las acusaciones de soborno de testigos para que mintieran sobre sus controvertidas fiestas sexuales «bunga bunga», poniendo fin a un escándalo de varios años. El magnate de las comunicaciones —dueño de Telecinco en España— y actual senador, de 86 años, había sido acusado por la fiscalía de Milán del delito de corrupción por haber comprado el silencio de los participantes a sus picantes fiestas en 2010.

«Finalmente he sido absuelto tras más de 11 años de sufrimientos, calumnias y daños políticos incalculables», reaccionó con un tuit Berlusconi.

Veintiocho personas estaban imputadas por perjurio en el juicio, entre ellas varias modelos latinoamericanas, las cuales también fueron exculpadas. Berlusconi, que no compareció este miércoles, ya había sido absuelto de las acusaciones de manipulación de testigos en dos capítulos del proceso en 2021 en Siena y en 2022 en Roma.

«Solo puedo estar enormemente complacido», reaccionó con la prensa uno de los abogados de Berlusconi, Federico Cecconi, quien subrayó que se trata de la tercera absolución por ese caso para el multimillonario. «Tres sobre tres, ya basta», añadió tras solicitar a la fiscalía que decida no presentar recurso.

El ex primer ministro, cuyo partido Forza Italia es un socio de la coalición gobernante de la primera ministra Giorgia Meloni, ha enfrentado innumerables juicios en las últimas décadas y ha ganado casi todos.

«Se trata de una excelente noticia, que pone fin a un largo proceso judicial que ha tenido importantes repercusiones en la vida política e institucional italiana», se regocijó la jefa de gobierno Giorgia Meloni.

«Feliz por la absolución de Silvio después de años de sufrimientos innecesarios, insultos y polémicas», reaccionó por su parte Matteo Salvini, líder de la formación contraria a la migración Liga y aliado histórico del magnate.

Pese a los numerosos escándalos, procesos abiertos y sentencias condenatorias en primer grado, la única condena en firme que ha recibido Berlusconi en todos estos años fue en 2012 por fraude fiscal con su poderoso grupo de comunicaciones Mediaset. El magnate, que se está alejando lentamente de la política activa, sigue irrumpiendo de tanto en tanto en la actualidad. El pasado domingo criticó al presidente de Ucrania Volodimir Zelenski y defendió a Vladimir Putin, desatando la ira de sus aliados del gobierno de derecha.

El «sultán» y sus «esclavas sexuales»

El primer proceso Ruby, conocido como «Rubygate», en referencia a la joven marroquí Karima El-Mahroug, que entonces era menor de edad y que era una de las invitadas especiales a sus fiestas, le valió a Berlusconi una condena a siete años en junio de 2013 por prostitución de menor y abuso de poder en primera instancia. Pero, el magnate de la comunicación fue absuelto definitivamente en marzo de 2015 por la Corte de Casación.

En el caso conocido como Ruby-bis fueron juzgados varios amigos y colaboradores cercanos a Berlusconi, tras ser acusados de haberle proporcionado jóvenes prostitutas para sus veladas. Entre ellos había un conocido presentador de la televisión condenado a 4 años y 7 meses de prisión.

Los magistrados, convencidos de que el multimillonario había pagado millones de euros a numerosas personas por su silencio, abrieron una nueva investigación en 2017, que determinó este miércoles la absolución Berlusconi en primer grado. Para la fiscalía, el silencio de esas jóvenes le costó al magnate unos diez millones de euros (10 millones 695 mil 500 dólares / 198 millones 821 mil 860 pesos mexicanos) entre 2011 y 2015, incluido los siete millones para Ruby.

«Estaba muy asustada, ahora empiezo a vivir de nuevo», reaccionó Ruby al conocer el veredicto en la corte milanesa.

La modelo dominicana Marysthella García Polanco, entre las invitadas a las fiestas, confesó a los periodistas presentes que su vida se había convertido en una «pesadilla» por el proceso. La defensa de Berlusconi afirma que el dinero entregado era una compensación por los daños a la reputación de las personas implicadas en el caso e insistió en que fue juzgado por su «generosidad».

Durante su requisitoria, la fiscal Tiziana Siciliano describió en cambio a Berlusconi como una suerte de «sultán» que solía «animar sus veladas con un grupo de odaliscas, esclavas sexuales a sueldo, contratadas para entretener».

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