El AXE Ceremonia cumple 11 ediciones de posicionarse como uno de los festivales más populares de la capital, pues más allá del cartel que año con año logra conjuntar a grandes apuestas musicales, se ha convertido también en un espacio donde los fans pueden sacar su lado más aesthetic, pues desde su propuesta visual cargada de animaciones alocadas y coloridas, y su oferta sonora llena de números experimentales, el encuentro invita a sus asistentes a sacar sus ofnis más originales y brillar en un espacio donde por una noche pueden ser quien quieran mientras se dejan llevar por los beats de sus números preferidos.
Por eso, entre el público se pueden ver todo tipo de looks que van desde corsets, transparencias, crops, gorros y botas peludas hasta coronas, orejitas de animales y lentes oscuros.
La oferta en sus activaciones tampoco se quedó atrás y este año el stand más cautivador fue el del Dr. Simi, en el que el público podía adquirir un muñeco y las herramientas para vestirlo a su gusto.
Sico fue otra de las paradas obligadas dentro de las activaciones, pues montaron su propia versión del torito mecánico, sólo que en lugar del animal con cuernos, era una berenjena la que los participantes debían montar el mayor tiempo posible.
Para los amantes de las apuestas estaba el stand de AXE, en el que había una máquina gigante de jackpot, donde puedes llevarte grandes sorpresas, además de evidentemente una dotación de su nuevo producto.
¡Hora de menearse!
Sí, es verdad que desde las 15:30 horas la música comienza a sonar en este festival, pero lo fuerte, al menos de esta edición, arrancó pasadas las siete de la noche y cuando finalmente cayó la tarde se supo que era momento de empezar a menearse con las diferentes propuestas que fueron elegidas como estelares de este día. Una de ellas fue Romy. La música inglesa arribó para presentar su álbum Mid Air, el primero en solitario que desde su lanzamiento en 2023 se convirtió en un éxito y cuyos hits pudieron escucharse ayer en vivo desde la CDMX.
“¡Romy!, ¡Romy!”, aclamaba su público, y puntual a las 20:45 horas un juego de luces rojas se encendió junto a una ola de humo para dejar ver a un DJ que sería quien arrancara el número de la londinense con sus beats para después de una intro dar paso a la cantante.
Su voz tan angelical como poderosa hipnotizó a sus fans desde el minuto uno y el escenario Airmax ya estaba a reventar. Lifetime, She’s On my mind, Loveher, Did I y Enjoy your Life resonaron alrededor.
“México, ¿cómo están? Estoy tan feliz de estar aquí, los extrañé muchísimo”, saludó la también integrante de XX, quien lució una blusa oscura de manga larga con estampados azul y rojo y transparencias y un pantalón oscuro.
Su número fue tan aclamado, que la artista no dejó de agradecer el cariño con la única palabra que sabía en español: “Gracias”.
A las 21:30 horas fue el turno de Álvaro Díaz y arribó al escenario de un salto directo a lanzar su rap cuál metralleta.
El puertorriqueño apareció vestido cómo un ninja con la cara cubierta por un manto que sólo dejaba ver sus ojos y un conjunto con hombreras y pechera.
Las alarmas sonaron previendo el descontrol que estaba a punto de desatarse en manos del rapero que se adueñó de su escenario entre saltos y bailes con una energía que le duró durante todo su set. Y para su segundo tema ya tenía al público en sus manos. 18+1, Fatal Fantassy, Brilloteo, PLN y 1000canciones fueron algunos de los hits que lanzó.
Una propuesta completamente original y diferente llegó a las 22:40 horas con Grimes en el escenario Airmax.
La canadiense era de los números más esperados y apareció en medio del escenario frente a su tornamesa con una ráfaga de viento elevando su cabello y sus gafas oscuras.
Para su presentación, la artista preparó un set con su propio anime de fondo, una historia con ella como protagonista donde viajaba por mundos fantásticos en los brazos de un caballero que luego desaparecía.
Sus beats la emocionaban tanto que hubo momentos en los que se paraba arriba de su mesa o luego se recostaba sobre la misma para hacer bailes excéntricos.
Para su show, la ex de Elon Musk lució un vestido con cuello largo y mangas holgadas que al bailotear le daban un toque místico que combinaba con su temática de fantasía.