Al príncipe Harry y a Meghan Markle siguen en el ojo del huracán no solo por los recientes fracasos que salieron a la luz luego de que directivos de Spotify los tacharan de estafadores o por la cancelación de su serie en Netflix.
Ahora salió a la luz que los duques de Sussex intentaron regresar a Estados Unidos con los Biden a bordo del Air Force One tras el funeral de Estado de la reina Isabel II en septiembre, sin embrago se los negaron.
De acuerdo con Daily Mail, a la Casa Blanca le preocupaba que escoltar a los miembros de la realeza de vuelta a la Unión Americana causara una «conmoción».
El duque y la duquesa de Sussex estaban enemistados con la familia real tras la entrevista que concedieron a Oprah Winfrey en 2021, cuando la reina falleció a los 96 años el 8 de septiembre.
La pareja se encontraba en el Reino Unido para asistir a actos benéficos y permaneció en el país durante el funeral, el 19 de septiembre.
Sin embargo, no fueron invitados a la recepción previa al funeral en el Palacio de Buckingham, donde otros integrantes de la realeza, entre ellos el rey Carlos y la reina Camilla, el príncipe Guillermo y Kate Middleton, fueron recibidos junto al presidente Biden y la primera dama Jill Biden Jill y otros líderes mundiales.
La pareja fue desairada en el funeral en la Abadía de Westminster, sentada en la segunda fila detrás del resto de la familia real.
En respuesta, el personal de Harry y Meghan se puso en contacto con la Casa Blanca para preguntar si podían volver en el Air Force One a Estados Unidos, donde habían estado viviendo en California desde que renunciaron a sus deberes reales en 2020, según Daily Mail.
Pero fue un «no» duro e inmediato de la Casa Blanca sin apenas más discusión.
«Habría causado un gran revuelo. Habría tensado las relaciones con el Palacio y con el nuevo Rey», dijo una fuente.
Los Biden pueden invitar a quien quieran a bordo del Air Force One, pero la cuestión sigue siendo quién pagaría el boleto de avión de Harry y Meghan, ya que los viajes a bordo de la aeronave son pagados por los contribuyentes.
Los viajes de otras personas suelen ser facturados: Biden paga para que su propia familia vuele en el avión, los partidos políticos cubren los vuelos a actos de campaña y las organizaciones de noticias pagan para que los periodistas cubran las actividades del presidente.