Verlo en Operación Dragón, en el Cine Estadio, fue uno de los momentos de más extásis en aquella época.
En los años setenta, un nombre resaltaba en los corazones y mentes de la juventud global: Bruce Lee. Actor, filósofo, instructor de artes marciales y mucho más, Bruce Lee no sólo rompió barreras étnicas y culturales en Hollywood, sino que también cambió para siempre la percepción pública de las artes marciales.
Todos queríamos tener el cuerpo similar al de Bruce Lee, o cuando menos manejar los chacos como él lo hacía, magistralmente.
Sus orígenes
Bruce Lee nació el 27 de noviembre de 1940 en el barrio de Chinatown, en San Francisco, pero creció en Hong Kong. Desde su nacimiento en el Año del Dragón según el horóscopo chino, parecía destinado a un futuro extraordinario. Si bien sus padres eran artistas de ópera cantonesa, Lee se inclinó más hacia las artes marciales, impulsado en parte por la necesidad de protegerse tras numerosos enfrentamientos con pandillas locales.
Educación y Artes Marciales
Fue introducido al Wing Chun, una forma de kung fu, por su maestro Yip Man. Su dedicación fue incansable y finalmente perfeccionó no sólo el Wing Chun sino también otros estilos. Lee se convirtió en un apasionado defensor de las artes marciales como una forma de autodescubrimiento y crecimiento personal.
En 1959, a los 18 años, Lee se trasladó a los Estados Unidos para completar su educación, asistiendo a la Universidad de Washington, donde estudió filosofía. Allí, utilizó sus conocimientos y habilidades para comenzar a enseñar Kung Fu.
Estrellato en la Pantalla y Impacto Cultural
Pero fue en la pantalla grande donde Lee encontró un estrellato y un impacto cultural sin precedentes. Comenzó con pequeños papeles en series de televisión, pero fue su papel en la serie «El Gran Jefe» (1971) lo que lo lanzó a la fama mundial.
En «Enter the Dragon» (1973), se convirtió en el primer actor de origen asiático en ser protagonista de una producción importante de Hollywood, rompiendo estereotipos y abriendo puertas para los artistas asiáticos en la industria del cine.
Sus películas fueron fenómenos globales, y él se convirtió en un héroe para los jóvenes de todo el mundo. Inspiró a millones con su filosofía de autodisciplina, resiliencia y autodescubrimiento.
Legado
Bruce Lee murió inesperadamente a la temprana edad de 32 años, pero su legado perdura. Su filosofía de las artes marciales, expresada a través de su innovador sistema Jeet Kune Do, ha influenciado a generaciones de practicantes. Su presencia en la pantalla ha abierto puertas para los actores de origen asiático.
La euforia que generó Bruce Lee en la juventud de los años 70 rompió las fronteras y las culturas, y sigue siendo un faro de inspiración para aquellos que buscan trascender las limitaciones y alcanzar su máximo potencial. Su vida y legado son una prueba de que, a través de la pasión y la dedicación, uno puede dejar una huella indeleble en la historia.
La rapidez, agilidad y estética de sus movimientos, de sus brazos y piernas, de su entrecortado y agudo grito, acompañados por una mirada inquisitiva hipnotizaban a los espectadores, a grado tal que por la velocidad que imprimía en sus secuencias de acción, los directores tenían que filmar a ritmo de 32 imágenes por segundo, lo que permitía ver a detalle los golpes de Lee, escribió Roberto Rondero en estas páginas.
Lo curioso es que en las películas de artes marciales sucede lo contrario: los golpes se aceleran para dar más agilidad en la acción.
Lee, el más grande artista marcial del siglo XX, invicto en combates oficiales, perdió la vida en Hong Kong un 20 de julio pero de 1973, conmocionando a la opinión pública mundial.
La noticia corrió como reguero de pólvora pero provista de cierta incredulidad por tratarse de un “invencible” de la pantalla grande y de un ídolo que fue todo en uno: filósofo, pensador, actor, innovador, revolucionario y maestro de artes marciales.
Antes de Lee sólo existían películas fantasiosas acerca del kung fu y otras artes orientales.
Después de su deceso, las películas continuaron con una estela dejada por este irrepetible artista que incluso creó su propio estilo: el jeet kune do (JKD), bautizado como “el camino del puño interceptor”, del cual siempre defendió que no debía tomar como un simple “método más” entre los tantos existentes
Varios nombres, un solo destino
Nacido en el año y en la hora del Dragón, paradoja de su propia existencia, Bruce fue nombrado así no por su madre, sino por la enfermera María Glover, que asistió el parto en el Hospital Jackson Street, de San Francisco el 27 de noviembre de 1940.
El padre de Bruce, el también actor Lee Hoi Chuen, estaba de gira con una obra de la ópera china cantonesa en el continente americano, de ahí que el bebé naciera en Estados Unidos.
Su personaje de Kato, en la serie de «El avispón verde» cambió su carrera
Bruce Lee como Kato y el avispón verde
Grace Ho, la madre de Bruce, de ascendencia chino-alemana, le puso de nombre Lee Jun Fan, que significa “protector de San Francisco”, pero durante los primeros meses le llamaban “el pequeño Fénix”, que en chino es un nombre femenino.
Pretendían con ello confundir a los “espíritus malignos que roban al primer varón cuando ha oscurecido”.
Su primera aparición cinematográfica — documentada por él mismo — fue a los dos meses de edad en Tears of San Francisco (Lágrimas de San Francisco).
A los seis años unos amigos de la familia lo introdujeron a la industria cinematográfica de Hong Kong. Tras una breve prueba el pequeño fue aceptado.
La película se tituló Birth of Mankind (El nacimiento de la humanidad) y se trataba de una película melodramática, género de moda entonces en Hong Kong. Posteriormente, Bruce rodó otras trece películas del mismo corte; en todas ellas figuró su nombre artístico, Li Shiu Loong, que significa El pequeño dragón.
The Kid es la única película en la que trabajó con su padre, pero sin tener ninguna escena juntos.
Lejos de los sets, Lee estudió el pensamiento filosófico de los sabios taoístas Lao-Tsé y Chuang-Tsé, y se graduó en filosofía en la Universidad de Washington.
Comenzó a practicar formalmente wing chun kung fu en su adolescencia.
Sus películas, entrevistas y principalmente su carisma e influencia, contagiaron y extendieron el auge de la pasión por las artes marciales en Occidente, generando una ola de seguidores a través de todo el mundo.
El gran Kato de la serie El avispón verde inspiró a sus millones de seguidores con sus reflexiones:
“Yo no represento un estilo sino todos los estilos. Ustedes no saben lo que yo estoy a punto de hacer, pero yo tampoco lo sé.
“Mi movimiento es el resultado del suyo y mi técnica es el resultado de su técnica”.
O éstas otras:
“A decir verdad, cada día esconde una nueva revelación o un nuevo descubrimiento que puedo obtener.”
“Si te acostumbras a poner límites a lo que haces, físicamente o a cualquier otro nivel, se proyectará al resto de tu vida.
“Se propagará en tu trabajo, en tu moral, en tu ser en general. No hay límites. Hay fases, pero no debes quedarte estancado en ellas, hay que sobrepasarlas.
“El hombre debe constantemente superar sus niveles.”
Debido al enorme éxito que tuvieron sus filmes, surgieron numerosos imitadores, entre los que destacaron tres: Bruce Li, Dragon Lee (también conocido como Bruce Lei) y Bruce Le.
Lee tuvo como sello característico el árduo y constante entrenamiento personal que le permitió realizar sin trucos, proezas físicas más allá del entendimiento.
Operación Dragón (1973) es considerada por propios y extraños la película más emblemática de Bruce Lee, estrenada en Hong Kong una semana después de su fallecimiento, y en Estados Unidos dos semanas más tarde.
Con esta película desató el furor por las producciones de kung fu de los años setenta y ochenta.
La razón de su súbita muerte fue revelada tiempo después: epilepsia. Ese día, el 20 de julio de 1973, Lee se dirigió al apartamento de la actriz china Betty Ting Pei para cumplir una cita con el productor Raymond Chow.
El objetivo era hablar de la continuación de la película Game Of Death. En el lugar sintió un profundo y agobiante dolor de cabeza que le hizo tumbarse en la cama.
Betty, según su versión, que es considerada oficial, le proporcionó un analgésico que le sumió en una profunda inconsciencia de la cual ya no volvería, entrando en estado de coma.
Fue llevado a un hospital al que ingresó sin vida. La autopsia demostró que su cerebro se había inflamado masivamente comprimiéndose dentro de la caja craneal.
La muerte de Bruce Lee daría paso a su leyenda sin saber que años más tarde su hijo Brandon, también actor, falleciera de manera trágica en plena filmación de la película El cuervo.