Un musulmán de 32 años que pretendía quemar una Torá y una Biblia el sábado en Estocolmo renunció a su proyecto, explicando que su intención era en realidad denunciar a los que queman libros sagrados como el Corán en el país nórdico.
La policía sueca le concedió el viernes autorización para organizar su manifestación frente a la embajada de Israel, decisión que fue condenada por el Estado hebreo y varias organizaciones religiosas. Ahmad, el organizador de la manifestación, explicó a los periodistas que su intención era criticar a las personas que quemaron el Corán en Suecia en los últimos meses, lo que la ley sueca no prohíbe.
«Es una respuesta a la gente que quema el Corán. Quiero mostrar que la libertad de expresión tiene límites que hay que tener en cuenta», explicó este residente sueco de origen sirio de 32 años. «Quiero mostrar que debemos respetarnos unos a otros, vivimos en la misma sociedad. Lo que quería mostrar es que no está bien hacerlo», añadió.
La pequeña manifestación se dispersó pacíficamente a unos 50 metros de la embajada de Israel en una avenida elegante del centro de Estocolmo. La policía precisó, que en sintonía con la legislación sueca, otorgaron un permiso para un acto público y no específicamente para las actividades previstas.
«La policía no emite permisos para quemar varios textos religiosos, la policía otorga permisos para reuniones públicas y para expresar una opinión», afirmó Carina Skagerlind, encargada de prensa de la policía de Estocolmo. «Es una distinción importante», agregó.
Un refugiado iraquí residente en Suecia quemó en junio algunas páginas del Corán delante de la Gran Mezquita de Estocolmo coincidiendo con la celebración del Aid al Adha, un importante fiesta del calendario musulmán. Esto generó indignación en muchos países musulmanes y el miércoles el Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó una resolución que condena la quema de coranes y otros actos de odio religioso.