La justicia alemana anunció haber frustrado los planes de un grupo de extrema derecha que proyectaba atacar las instituciones democráticas del país, incluido el parlamento e intentar un golpe de Estado. La policía detuvo a 25 personas, dos de ellas en Austria e Italia, en una vasta operación en todo el territorio que movilizó a unos 3 mil agentes y condujo a más de 130 allanamientos.
Los detenidos son sospechosos de «haber hecho preparativos concretos para entrar violentamente en el Bundestag —la cámara baja del parlamento— con un pequeño grupo armado», informó un comunicado de la fiscalía.
«Sospechamos que estaba previsto un ataque armado contra los órganos constitucionales», indicó el ministro de Justicia, Marco Buschmann, en un mensaje en Twitter en el que se refirió a «una amplia operación antiterrorista».
Según los medios alemanes, se trata de la mayor operación policial de este tipo jamás realizada en Alemania. Además de los arrestos, 27 otras personas se encuentran investigadas por sospechas de pertenencia a esta célula criminal, indicó la fiscalía.
Las autoridades alemanas han clasificado en los últimos años la violencia de extrema derecha como la principal amenaza al orden público, por encima del yihadismo. En la primavera boreal, desmantelaron otro grupo de extrema derecha sospechoso de planear atentados en el país y de proyectar el secuestro del ministro de Sanidad, que implementó las medidas de restricción anti-covid.
¿Los «Ciudadanos del Reich»?
En el punto de mira está un movimiento llamado «Reichsbürger» (Ciudadanos del Reich, en alemán). Sus integrantes no reconocen las instituciones, no obedecen a la policía ni pagan impuestos. La célula, fundada «como máximo a finales de 2021», tiene «como objetivo superar el orden estatal existente en Alemania y reemplazarlo por una forma de Estado propia», indicó el comunicado de la fiscalía de Karlruhe, encargada de los casos que afectan la seguridad del Estado. El proyecto no puede ser realizado «sino con el uso de medios militares y de violencia contra los representantes del Estado», añadió.
Los miembros del grupo están «unidos por un profundo rechazo de las instituciones del Estado y del orden fundamental liberal y democrático de la República Federal de Alemania, que ha hecho crecer en ellos, a lo largo del tiempo, la decisión de participar en su eliminación por la violencia y lanzarse a actos preparatorios concretos a este efecto», aseguraron los fiscales.
Alemania calcula que unas 20 mil personas han abrazado esta ideología y que una parte de ellos se ha radicalizado. Entre ellos hay negacionistas y personas que se plantean usar la violencia. Los miembros del grupo desmantelado también están familiarizados con las teorías del movimiento conspirativo QAnon, un grupo de extrema derecha que nació en Estados Unidos, añadió la fiscalía.
Sus intentos de contactar con Rusia
Los integrantes de la célula «están firmemente convencidos de que Alemania está actualmente dirigida por un supuesto Estado profundo», detalló. Para alcanzar la «liberación», creen que es necesaria la «intervención inminente de la ‘Alianza’, una sociedad secreta técnicamente superior que reúne a gobiernos, servicios de inteligencia y militares de distintos países, entre ellos la Federación de Rusia y Estados Unidos», añadió.
Según los fiscales, uno de los integrantes del grupo trató de ponerse en contacto con «representantes de la Federación rusa en Alemania». Sin embargo,las investigaciones realizadas hasta ahora no apuntan a que los interlocutores rusos hayan reaccionado a las solicitudes.
La embajada rusa en Berlín rechazó cualquier vínculo con este tipo de organizaciones. «Las oficinas diplomáticas y consulares rusas en Alemania no tienen ningún contacto con representantes de grupos terroristas o de cualquier otra formación ilegal», declaró, citada por las agencias de noticias estatales Ria Novosti y Tass.
La red de extrema derecha era consciente que para eliminar el orden democrático, «habría también muertos», pero lo consideraba «una etapa intermediaria necesaria» para alcanzar el «cambio del sistema». Según la justicia, la organización estaba muy estructurada, con un «órgano central» y un «brazo militar» encargado de comprar equipamiento y formar los integrantes al uso de armas. También tenía comisiones de «justicia», de «asuntos exteriores» y de «salud». Entre los integrantes había exmilitares.