CIUDAD DE MÉXICO.
No es una casualidad que las grandes producciones internacionales tengan en sus créditos nombres de mexicanos que han encontrado un espacio de trabajo y desarrollo creativo en ellas. Tampoco es una casualidad que con cada proyecto las productoras busquen talento mexicano para que se incorpore a los mismos en departamentos de dirección, arte, producción, efectos especiales o vestuario, entre otros.
Desde la opinión de Pepe Ávila del Pino, el mexicano que fue fotógrafo de tres capítulos de la nueva serie de HBO, La casa del dragón, este fenómeno se debe principalmente a la cultura de trabajo y la creatividad con la que cuenta esta gran fuerza y que al paso de los años se ha hecho cada vez más visible en Estados Unidos gracias a nombres como el de Emmanuel Lubezki o Rodrigo Prieto.
Hay mexicanos en todos lados, en todos los departamentos. Hay diseñadores de producción, diseñadores de vestuario, continuistas, asistentes de dirección… están trabajando en las producciones más grandes y esto pienso que se debe a dos cosas, por un lado, sin duda, Hollywood se ha abierto más a otras nacionalidades, otro es la cercanía geográfica con México, pero también pienso que hubo una generación arriba de la mía que involucra a Emmanuel Lubezki, Rodrigo Prieto, a Guillermo Navarro, que no la tuvieron tan fácil y que fueron ellos, además de su talento, los que abrieron camino, tiraron puertas, y de alguna forma nos lo dejaron un poco más fácil a nosotros. Ahora existe el cliché de que si eres mexicano, eres buen fotógrafo.
Se le debe mucho a esa generación, mucho, mucho, porque su trabajo es de primera calidad, impresionante, y ellos son los que abrieron el camino y también el hecho de que la industria del cine en México ha estado creciendo y luchando contra la corriente por años, pero siempre ha habido talento y sobre todo detrás de cámara hay una ética de trabajo muy profesional. Hay gente muy buena, muy capaz, es de los crews más talentosos del mundo y además de los más creativos y más flexibles para adaptarse a las circunstancias, a la adversidad. Creo que eso sí tienen los mexicanos que yo no veo en otros lados, esa capacidad de adaptarse, cambiar y sugerir”, compartió Ávila en entrevista con Excélsior.
Desde hace 12 años Ávila vive en Nueva York, y su carrera se ha desarrollado en Estados Unidos durante este tiempo en proyectos como Ozark y The Deuce, sin embargo, quiere volver a producir y trabajar en su país natal.
Sí hay invitaciones a proyectos de foto aquí en Nueva York, quizá pronto, pero justo estoy pensando, bueno, tengo ya avanzados, en desarrollo, dos proyectos de largometraje que voy a dirigir en México que espero sea a finales del próximo año.
Uno es una adaptación de un libro que no puedo decir cuál, es una pieza del reporte del periodismo, que es importante, y la otra es un guion original que no es mío, pero estoy trabajando con un escritor que habla un poco del México que dejé hace 12 años, pero que ha estado cambiando en mi cabeza y en la realidad”, dijo.
En 2016 Ávila tuvo la oportunidad de trabajar a lado del director estadunidense Greg Yaitanes en la serie Quarry; al tiempo, esta experiencia la repitió, pero ahora en una de las series más esperadas del año: La casa del dragón, en la que es el encargado de hacer la fotografía de los capítulos dos, tres y 10, el capítulo final.
Greg Yaitanes me invitó, él es el director de los episodios que hice, el dos, el tres y el 10, nosotros habíamos trabajado juntos hace unos años en la serie Quarry, los ocho capítulos los hicimos juntos y no habíamos tenido la oportunidad de repetirlo hasta que él se vuelve parte del equipo de La casa del dragón, donde es director y productor ejecutivo, y me invita a trabajar con él, me manda los guiones, que me gustaron mucho, sobre todo el episodio 10, y así me uní al proyecto”, recordó.
Para el también fotógrafo de la cinta Adopt a Highway, La casa del dragón se convirtió en un espacio de aprendizaje, ya que tuvo la oportunidad de experimentar con nueva tecnología para poder crear los escenarios que se ven en la serie protagonizada por Matt Smith y Emma D’Arcy.
El reto más grande y creo que fue trabajar con esta tecnología nueva que le dicen ‘el volume’, que básicamente son un montón de pantallas de alta resolución donde se proyectan imágenes que son las que vemos como el trasfondo de los personajes están en sincronización con la cámara, si la cámara se mueve, la imagen se ajusta para que la perspectiva sea la adecuada.
Esa tecnología es nueva, ya la habían usado en otros proyectos, pero en nuestro equipo nadie la había usado, entonces fue la primera vez para todos y fue una curva de aprendizaje. Sobre todo, para mí fue, como encargado de diseñar el estilo visual, pensar en cuál era el concepto para que funcionara y se viera un poquito más integrado el escenario digital con el escenario real que teníamos. Usar esta nueva tecnología de la mejor manera fue uno de los retos que tuvimos que enfrentar”, concluyó.