La novela escrita por el colombiano Gabriel García Márquez (1927-2014), Cien años de soledad, se convirtió en música a través de seis vallenatos, con la intención de que la historia resonará en las nuevas generaciones y los invitará a volver a sus páginas.
Se trata del proyecto Homenaje a Cien años de soledad en 6 vallenatos, de Cerveza Águila, de Colombia, en la que más de 100 artistas retrataron la novela, considerada como una obra maestra de la literatura hispanoamericana del Premio Nobel de Literatura 1982, en seis canciones compuestas e interpretadas por diferentes exponentes.
El álbum homenaje inicia con el tema Buscando el mar, interpretado por Karen Lizarazo. Para seguir la narración musical se presenta El olvido, en voz de Esteban Nieto; Por el amor de un hombre, con Elder Dayán; Los dos hermanos, con Margarita Doria; Aquí no pasa nada, con Chabuco; y Mariposas amarillas, cantada por Bandera.
A la par de las canciones, seis breves episodios en el canal de YouTube de la marca hicieron un recorrido por los lugares emblemáticos de la ruta que inspiró la leyenda de Macondo, el lugar ficticio que Gabo creó para su historia.
El colombiano Esteban Nieto, quien cantó El olvido, señaló que el desafío de la interpretación era que fuera del agrado de los escuchas, al tratarse de una novela tan reconocida y, a la par, al sentirla cercana, tanto como el vallenato.
“Fui uno de los escogidos para este proyecto porque soy defensor de mi música: de la colombiana y latina, porque es la que más me apasiona.
Qué lindo que me llamaran a mí para esto, porque amo y conozco bien el libro y el territorio sobre todo eso.
“Este año estuve en el Festival Vallenato y en el Carnaval de Barranquilla, ¡allá me sentí tan cercano al libro, tan coherente con todo lo que estamos haciendo en las letras de las canciones y esa manera de nosotros de ser! ¡Era imposible que no me fluyera!”, expresó Nieto en entrevista virtual con Excélsior.
Las canciones fueron compuestas por diferentes autores, así que Esteban, aunque es compositor de su propia música, sólo interpretó la suya.
“Como compositor, cuando yo vi la letra, pensé: ‘aquí simplemente no hay corrección’. Esto está afín. El libro yo lo leí cuando tenía 16 años, cuando estaba en el colegio, pero lo vine a gozar en mi vida adulta, cuando tuve la oportunidad de viajar en mi propio país y supe de lo que Gabo estaba hablando.
“Yo vengo de Cartagena, la segunda ciudad más antigua del continente, y que es bastante conservadora en su forma de ser, y el vallenato tiene mucho de eso.
Los vallenatos que han perdurado en el tiempo han sido los clásicos, de los grandes juglares. Así que me siento muy cercano al proyecto, que es una responsabilidad muy grande y del que he aprendido mucho.
“La idea es conectarnos y encontrar los mensajes que hay detrás; enamorarnos nuevamente de lo que nos hace tan auténticos, de nuestras cosas latinas; de eso que nos hace diferentes, tan felices y que no vamos a encontrar en ninguna otra parte del mundo. Somos países que abrazamos a la gente y que todo el tiempo abrazamos la vida; que celebramos con las cosas sencillas que tenemos.
Éste es el mensaje del homenaje que queremos darle a Gabo”, acotó el cantante, quien forma parte de la disquera de Carlos Vives, Gaira Música Local (GML).
Aprobado por la familia de Gabo
La iniciativa fue validada por la familia de Gabriel García Márquez y contó con el apoyo del Ministerio de Cultura de Colombia. Entre los 100 artistas que participaron se incluyó al fotógrafo Camilo Rozo, con una trayectoria profesional alrededor de los trabajos de Gabo y de la historia del vallenato.
“La idea original es de la marca y me llama a mí. Como fotógrafo, he abordado antes la obra de Gabriel García Márquez y el tema del vallenato a través de dos libros. Uno de ellos, Un vallenato nueve senderos, es sobre las nueve temáticas del vallenato tradicional, que son las mismas en las que la gira la obra, que es muy cercana al vallenato.
“Luego, Tierra de Gabo, de 2014, es un libro acerca de los lugares en la literatura de García Márquez. Eso hizo que fuera la persona indicada para llevar la coordinación editorial de este proyecto, pues no tuve nada que ver con lo visual. Lo mejor que podía hacer era invitar al gabólogo Alonso Sánchez Baute, quien es gran conocedor de Gabo, pero puntualmente de Cien años de soledad. Él se echó al hombro la tarea de convertir esa obra en 12 páginas, resumidos a seis capítulos, que se dieron a los compositores para contar eso mismo en letras vallenatas”, explicó.
La frase de Gabo acerca de que tal novela “no es más que un vallenato de 350 páginas” se convirtió así en seis vallenatos gracias a este proyecto, que está disponible en plataformas digitales y en el YouTube de Cerveza Águila.