El gobierno boliviano fue fuertemente cuestionado por la oposición política por la importación de unos 170 respiradores artificiales que médicos especializados estiman inadecuados para tratar a los pacientes con COVID-19.
Los aparatos, destinados a reforzar las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) de los hospitales bolivianos, llegaron el jueves procedentes de España y su compra insumió 5 millones de dólares, facilitados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
«Podemos ver que es un equipo muy simple. Yo no creo que nos aguante un paciente con COVID-19 crítico en la unidad de terapia intensiva», dijo a la prensa José Luis Prieto, presidente de la Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva de Santa Cruz.
«Son respiradores de emergencia. Cualquier médico puede utilizarlos mientras espera cambiar a un paciente a un respirador convencional. Estos respiradores salvan vidas», argumentó por su lado el ministro de Salud, Marcelo Navajas, durante un acto público de entrega de los equipos cumplido en Oruro (sudoeste).
El gobierno anunció que la próxima semana llegará otro cargamento con respiradores convencionales.
«Gastar importantes sumas por ventiladores que no ayudan a los enfermos en las UTI no es responsable y muestra falta de eficiencia y transparencia frente a esta crisis. Urge explicación seria del gobierno», escribió en su cuenta de Twitter el exmandatario (2003-2005)y candidato presidencial centrista Carlos Mesa.
Otro expresidente, Jorge Quiroga (2001-2002), señaló que «la noticia que los respiradores NO serían aptos para terapia intensiva resultaría inadmisible. Las autoridades deben una explicación a #Bolivia».
Luis Arce, ministro de Economía del expresidente Evo Morales y candidato presidencial del Movimiento al Socialismo (MAS), sostuvo en las redes sociales que «el gobierno de Bolivia sigue actuando de manera tardía y negligente».
«Urgen ventiladores para Unidades de Terapia Intensiva y luego de meses llegan equipos que no sirven para pacientes con #COVID19 que necesitan internación en UTI.¡Inconcebible!», agregó.
Otro aspirante a la presidencia, Luis Fernando Camacho, calificó la compra de los respiradores como «burla» y pidió al ministro de Salud el procesamiento de los responsables.
«El dolor del pueblo no puede ser usado para hacer negociados», afirmó.
Bolivia reporta hasta este sábado 3.577 casos de COVID-19, con 164 decesos.