El papa Francisco destacó este sábado en Atenas la responsabilidad de Europa en la crisis migratoria y afirmó que «a veces [está] bloqueada» y «desgarrada por los egoísmos nacionalistas».
Frente a la llegada de migrantes, Europa «continúa vacilando: la comunidad europea, desgarrada por los egoísmos nacionalistas, a veces aparece bloqueada y no coordinada, en lugar de ser un motor de solidaridad», declaró el sumo pontífice durante un discurso ofrecido ante las autoridades políticas, civiles y diplomáticas en el palacio presidencial de la capital de Grecia.
Minutos antes, la presidenta griega, Katerina Sakellaropoulou, había aludido a «la humanidad de los griegos y la carga desproporcionada que han soportado» en la gestión de esta crisis.
Citando el «clima», la «pandemia», el «mercado común» y la «pobreza generalizada», el Papa repitió que la comunidad internacional requiere una «colaboración concreta y activa» a través de un «multilateralismo que no se vea asfixiado por pretensiones nacionalistas excesivas».
Francisco también se manifestó preocupado por «el retroceso de la democracia, y no solo en el continente europeo».
En muchas sociedades, preocupadas por la seguridad y anestesiadas por el consumismo, el cansancio y el descontento conducen a una suerte de escepticismo democrático», señaló.
Frente a los «destrozos de la crisis climática», Francisco también se declaró «triste» al ver «numerosos olivos centenarios consumidos por los incendios, a menudo provocados por unas condiciones meteorológicas desfavorables» y dijo que espera que «los compromisos tomados en la lucha contra el cambio climático no sean solo una fachada».
El papa Francisco llegó el sábado por la mañana a Atenas para una visita de dos días y medio, la primera de un papa a la capital griega en 20 años.
El viernes, en Chipre, ya había criticado el «muro del odio» levantado contra los migrantes, de los que 50 serán trasladados a Roma en las próximas semanas en virtud de un acuerdo con el Vaticano.
El domingo, el Papa tiene previsto visitar de nuevo la isla de Lesbos para reunirse con migrantes, como hizo en 2016.