COP26 debe actuar para «salvar a la humanidad» y proteger el planeta, urgió António Guterres, secretario general de la ONU, a los líderes mundiales en la ciudad escocesa de Glasgow donde se desarrolla la cumbre climática.
«Es hora de decir basta», lanzó. «Basta de maltratar la biodiversidad. Basta de matarnos con el carbono. Basta de tratar la naturaleza como un retrete. Basta de quemar, perforar y minar a mayor profundidad. Estamos cavando nuestra propia tumba», advirtió.
Los líderes mundiales llegaron para escuchar la conferencia de la ONU vital para evitar los efectos más desastrosos del cambio climático, en un desafío que se hizo aún más abrumador por la incapacidad de las principales naciones industriales para acordar nuevos compromisos ambiciosos.
La COP26 comienza en la ciudad escocesa de Glasgow un día después de que los países del G20 no lograron comprometerse con el objetivo de 2050 para detener las emisiones netas de carbono, una fecha límite ampliamente citada como necesaria para prevenir el calentamiento global más extremo.
En su lugar, sus conversaciones en Roma sólo reconocieron «la relevancia clave» de detener las emisiones netas «para mediados de siglo o alrededor de esa fecha», fijaron un calendario para eliminar el carbón a nivel local y suavizaron las promesas de reducir las emisiones de metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono.
Discordia entre líderes en acciones contra cambio climático
Las diferencias entre algunos de los mayores emisores sobre cómo reducir el consumo de carbón, petróleo y gas, y ayudar a los países más pobres a adaptarse al calentamiento global no facilitará la tarea.
En el G20, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló a China y Rusia -ninguno de los cuales enviará a su líder a Glasgow- por no llevar propuestas a la mesa.
El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, a bordo del Air Force One con Biden, dijo que Glasgow podría presionar a quienes no han dado un paso al frente aún, pero eso no pondría fin al esfuerzo global.
«También es fundamental para nosotros reconocer que el trabajo tendrá que continuar después de que todos se vayan a casa», dijo a los periodistas.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante la conferencia de la ONU en la COP26. (Reuters)
El presidente chino, Xi Jinping, cuyo país es por mucho el mayor emisor de gases de efecto invernadero, por delante de Estados Unidos, se dirigirá a la conferencia el lunes en una declaración escrita, según un cronograma oficial.
El ruso Vladimir Putin, uno de los tres mayores productores de petróleo del mundo junto con Estados Unidos y Arabia Saudita, abandonó sus planes de participar en conversaciones en vivo por enlace de video, dijo el Kremlin.
Las promesas en la COP26
Con un retraso de un año por la pandemia del covid-19, la COP26 tiene como objetivo mantener vivo el objetivo del calentamiento global máximo a 1.5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, algo que, según los científicos, evitaría sus consecuencias más destructivas.
Para lograrlo hay que asegurar compromisos más ambiciosos para reducir las emisiones, asegurar miles de millones en financiamiento relacionado con el clima para los países en desarrollo y finalizar las reglas para implementar el Acuerdo de París de 2015, firmado por casi 200 países.
Las promesas existentes para reducir las emisiones permitirían que la temperatura superficial promedio del planeta aumente en 2.7°C en el siglo, lo que según la ONU sobrecargaría la destrucción que el cambio climático ya está causando al intensificar las tormentas, exponer a más personas a un calor mortal y a inundaciones, elevar el nivel del mar y destruir hábitat naturales.
Los países desarrollados confirmaron la semana pasada que cumplirían tres años más tarde la promesa hecha en 2009 de proporcionar 100 mil millones de dólares al año en financiación climática a los países en desarrollo para 2020.