Jean Paul Belmondo, un icono

CIUDAD DE MÉXICO./

El siglo XXI se está llevando todas las estrellas que nos dejó el siglo XX. Ahora se nos adelanta un actor que es una leyenda, Jean Paul Belmondo, un icono de la historia del cine. La sonrisa inmortal, apodado el magnífico. ¿Cómo es posible que a un ladrón de autos, fugitivo, asesino, delincuente, le despi- dan en Francia con honores de Napoleón? Solo si te llamas Jean Paul Belmondo. Sus películas de acción marcaron época, y actuó a las órdenes de los más reconocidos directores del siglo , como Vittorio de Sica, François Truffaut, Claude Chabrol o Claude Lelouch. Inmortalizado por Jean Luc Godard y Melville, hizo el crimen sexy, la ternura seductora, y de la sonrisa una imagen imperecedera.

En su rostro convivía la dureza, juventud, inocencia y seducción. Uno de los grandes nombres del cine de la Nouvelle Vague fran- cesa. Cuando el joven Jean-Paul fue rechazado en las audiciones de la Comédie Française: le hizo un corte de manga al jurado. La Francia tradicional y de protocolo, frente a la irreverencia. Los modales contra la energía del macho indómito. El clasicismo frente a la nueva ola cultural que estaba por venir. Todo eso representaba el fenómeno Belmondo. Llevaba el sombrero borsalino con más clase que Bogart, con Alain Delon representaba la masculinidad y la seducción francesa. Todo empezó cuando se cruzó con Godard, que le dijo,“venga a mi habitación, haremos una película y le daré 50,000 francos”, el intérprete no tenía aún ni 30 años.

Hace una década el Festival de Cannes le hizo un merecido homenaje por su carrera en 2011 y La Mostra de Venecia le dio el León de Oro. Una trayectoria en la que el presidente de Francia destacó en su adiós: “Belmondo es inmortal no solamente por sus películas, sino porque enseñó su arte a nuevas generaciones”, señaló el presidente francés. El propio Robert De Niro confesó que ver a Jean Paul en Breathless, marcó su carrera como actor.

Su nariz rota, en tiempos de boxeador amateur iba acompañada de su eterna sonrisa que contagiaba energía y alegría, una sonrisa que una vez se quebró con un accidente cardiovascular en 2000, pero él siguió luchando por volver a ser el Belmondo de siempre. “Uno de los últimos héroes del cine francés”, afirmó el actor Jean Dujardin.

Conocido como “Bebel” por sus amigos íntimos, siempre se mostró agradecido a sus seguidores que cada vez que le encontraban por la calle le pedían una foto, “¡Cómo puedo negarme a una sonrisa, una foto al que sacó sus 10 monedas para verme hacer mis saltos mortales en la pantalla! Les debo todo”. Declaraba agradecido.

Pocas estrellas de Francia tienen esta estadística, 20 veces portada de Paris-Match, la primera a 200 km por hora en un Ferrari Gt. Con estas palabras despidió el presidente Macrón a la estrella, “Jean-Paul Belmondo era parte de la familia, hermano, amigo, seductor, padre extraordinario, héroe de mil caras. Mitología de una Francia feliz”.

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