Medio siglo después de que un pequeño grupo de activistas creara Greenpeace, la jefa de esta organización ambientalista advirtió que aún tiene mucho que hacer frente a la crisis climática antes de poder realmente celebrar algo.
Creada el 15 de septiembre de 1971 cuando un barco del mismo nombre intentó frenar una prueba nuclear estadounidense, Greenpeace se convirtió en uno de los grupos de acción más conocidos por sus estratagemas vistosas.
Pero el 50 aniversario de la organización será de poco destaque, dijo a la AFP Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace Internacional.
«No hay mucho que celebrar ahora, estamos en una emergencia climática», dijo Morgan en una entrevista en la sede central del grupo en un modesto conjunto de oficinas en las afueras de Amsterdam.
Morgan dijo estar «profundamente preocupada de que la respuesta mundial sea insuficiente en la crucial cumbre climática COP26 de octubre próximo en Glasgow.
Todo lo que hemos hecho estos 50 años lo tenemos que unir y usarlo para crear un cambio profundo y absolutamente radical. El tiempo se agota», declaró.
- Cambiar el mundo –
La travesía de Greenpeace comenzó de manera idealista, aunque sin éxito, con ese primer barco que salió del puerto canadiense de Vancouver. Su intento de frenar una prueba nuclear cerca de la costa de Alaska fue detenida por una intervención policial.
Desde entonces, la organización ayudó a frenar la caza comercial de ballenas, atacó a empresas petroleras y trabajó para detener los desechos tóxicos y proteger la Antártica, detalló Morgan.
En medio de recuerdos de la historia de Greenpeace, como afiches coloridos de sus campañas y la puerta de un barco forzada por oficiales rusos en 2013, Morgan dice que los principios de la organización no han cambiado hasta hoy.
«Greenpeace comenzó con el ideal de que los individuos pueden cambiar el mundo con una idea y un poco de esperanza», comentó Morgan, quien tomó la batuta en 2016.
«Creo que en 50 años Greenpeace ha alcanzado cosas realmente milagrosas», aunque entre sus triunfos también hay tragedias.
En 1985, el servicio secreto francés bombardeó el buque insignia de Greenpeace, el barco «Rainbow Warrior», cuando estaba anclado en Auckland, Nueva Zelanda, donde mató al fotógrafo portugués Fernando Pereira.
El grupo marca esa fecha cada año y se mantiene receloso de los gobiernos, con activistas en Brasil, China e Indonesia que corren riesgos personales por sus campañas.
- Momento crítico –
Greenpeace ha crecido mucho desde sus inicios y cuenta ahora con más de 3 mil 500 funcionarios en 55 países, casi tantos como algunas de las firmas multinacionales que ataca.
Pero Morgan insiste en que el grupo aún es «radical», pese al surgimiento de rivales más jóvenes como Extinction Rebellion, que ha llamado la atención debido a que sus activistas usan pegamento para pegarse a edificios o bloquean carreteras y puentes.
Aunque se le conoció en el pasado por sus ardides, Greenpeace recurre cada vez más a otras estrategias, como la acción climática legal contra gobiernos y contaminadores.
Morgan dijo que Greenpeace ahora coopera más con otros grupos ambientalistas y pueblos indígenas, algo que a su juicio debían haber hecho más en el pasado.
También estará involucrada en la cumbre COP26, un «momento fundamental para el planeta» que ella teme que los países no aprovechen.
«Estoy profundamente preocupada, lo que veo ahora son gobiernos que actúan como si fueran los años ’80», por su falta de urgencia con el clima, dijo.
También propuso aplazar la cumbre si los países en desarrollo no pueden asistir por falta de vacunas contra el covid-19.
Para su aniversario, Greenpeace programó eventos de pequeña escala este jueves en sus oficinas en todo el mundo.
Como evento conmemorativo en agosto en Alemania, la canciller Angela Merkel elogió al grupo por ser «persistente, combativo, firme y persuasivo».
¿Qué le espera a Greenpeace para los próximos 50 años?
«Pienso que la meta debe ser que Greenpeace no exista más», dijo Morgan.
Pero asumiendo que la campaña ambientalista enfrentará más batallas en el futuro, Morgan dijo esperar que Greenpeace pueda ayudar a crear «un momento crítico en el que se diera un avance a la esperanza».