GEORGIA/
El 4 de julio, el Día de la Independencia en Estados Unidos, Bo Ream fue testigo de cómo un grupo de personas se divertía en uno de los pontones flotantes del lago Lanier, en Georgia (Estados Unidos), cuando la estructura comenzó a hundirse.
El pontón en cuestión, que forma parte del propio muelle, empezó a perder flotabilidad, probablemente por el exceso de peso, y en ese momento el grupo de personas comenzó a dispersarse: algunos saltaron al agua, otros saltaron al muelle antes de que se hundiera.
Por fortuna, no se produjeron daños importantes y, gracias a que un número suficiente de personas desalojó el muelle a tiempo, el pontón no terminó de hundirse.
Esta no es la primera vez que las estructuras semi abandonadas del lago Lanier han copado titulares. Desde hace años, la falta de mantenimiento ha hecho que varias de las estructuras flotantes allí instalados se hayan hundido, llegando incluso a tener que intervenir el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos para presionar a los propietarios.
El lago Lanier es tan sólo un 7% más popular que el segundo lago más popular de Georgia, pero es un gran atractivo turístico para muchos estadounidenses, a pesar de ser el doble de mortal. El agua es turbia, el fondo del lago está cubierto de troncos de árboles, viejas estructuras y desechos capaces de atrapar a los nadadores y desviar embarcaciones.