CIUDAD DE MÉXICO/
Este 17 de abril se cumple un aniversario más del fallecimiento del gran escritor Gabriel García Márquez (1927-2014), Nobel de Literatura, quien dejó de existir los 87 años, fue uno de los pocos autores que recibió el máximo galardón de las letras sin que su obra estuviera concluida.
El reconocido García Márquez inició sus estudios de derecho, pero nunca los concluyó al preferir el periodismo, un oficio que algunas veces no le dio ni para comer.
Aquí te presentamos algunos detalles poco conocidos del autor que nació en Colombia.
VIVIÓ EN LA EXTREMA POBREZA
Mientras redactaba El Coronel no tiene quien le escriba, vivía precisamente como su personaje. El diario El Espectador, para el que trabajaba como corresponsal en Europa, fue cerrado por el dictador Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957), lo que trajo consigo dificultades económicas al entonces periodista.
El diario decidió enviarle un pasaje de regreso, pero García Márquez lo vendió. Y cuando se le acabó ese dinero sus amigos, en especial el arquitecto Hernán Vieco, lo alimentaron. Y cuando se les olvidó, pidió limosna, recogió papel periódico y botellas en la calle a cambio de miserias, y comió de las sobras de basura.
Vivía como un mendigo y en una de sus notas de prensa escribió que una vez se reconoció en el pellejo de un indigente que caminaba por uno de los puentes que atraviesan el río Sena.
‘CIEN AÑOS DE SOLEDAD’, UNA OBRA QUE FUE RECHAZADA
La obra cumbre de García Márquez, considerada una de las obras narrativas más importantes de nuestra lengua, recibió al principio el rechazo de una editorial.
García Márquez y Mercedes Barcha tuvieron que empeñar joyas para poder terminarla y enviarla a Editorial Sudamericana, en Buenos Aires. El envío del paquete de 590 cuartillas costaba 82 pesos, pero ambos solo traían poco menos de la mitad, así que enviaron solo una parte.
La editorial envió el resto del dinero para que García Márquez enviara la otra mitad de la obra, y así poder publicarla. Cien años de soledad fue previamente rechazada por Carlos Barral, fundador del famoso sello Seix Barral.
UN MISTERIO, SU ENEMISTAD CON VARGAS LLOSA
La última vez que García Márquez y Mario Vargas Llosa se vieron fue el 12 de febrero de 1976, durante la proyección de la película Odisea en Los Andes en la Ciudad de México.
Vargas Llosa recibió a García Márquez con un puñetazo en el rostro, que le dejó un moretón visible.
Sobre el acontecimiento, surgieron tres hipótesis. La primera, que ambos discrepaban profundamente de forma ideológica; la segunda, que ambos se pelearon por un lío de faldas; y la tercera, que García Márquez y su esposa le habían aconsejado a la esposa de Vargas Llosa que lo dejara, por un supuesto amorío con una modelo. Hasta ahora se desconoce el motivo de la enemistad.
ESTADOS UNIDOS LE NEGÓ LA VISA EN VARIAS OCASIONES
Por su postura política, Estados Unidos le prohibió a Gabriel García Márquez entrar a suelo estadunidense en 1963, aunque le permitió la entrada en 1971.
Cuando El Gabo buscó dar un discurso en 1984 en la Universidad de Columbia, Estados Unidos le volvió a negar la entrada, al vincularlo con comunistas y anarquistas.
No fue sino hasta 1994 que el gobierno del entonces presidente Bill Clinton le concedió una visa. Clinton cenó con él, a quien lo consideró su “héroe literario”.
AYUDÓ EN LAS PLÁTICAS ENTRE CUBA Y ESTADOS UNIDOS.
García Márquez fue facilitador de pláticas que en 1997 sostuvieron en secreto Fidel Castro y Bill Clinton, quienes negociaban un acuerdo migratorio entre la isla y Estados Unidos.
El Gabo llevó a Clinton un mensaje de Fidel, quien le proponía colaborar contra un complot terrorista en contra de la isla que se fraguaba entre los cuadros anticastristas de Miami.
En 1994, durante la crisis de los balseros, García Márquez fue también emisario de Fidel ante Clinton a pedido de Carlos Salinas de Gortari.
LUCHÓ CONTRA LA DICTADURA DE PINOCHET
García Márquez colaboró activamente, mediante las letras, en la lucha contra la dictadura de Augusto Pinochet, solidarizando de múltiples maneras con Chile.
Durante la dictadura, anunció que dejaría de publicar ficción hasta que Pinochet dejara el poder, algo que ocurrió en 1982.
El exiliado cineasta Miguel Littin retornó durante la dictadura con otra identidad a Chile para grabar un documental, historia que narra Gabriel García Márquez en el libro Las aventuras de Miguel Littín: clandestino en Chile. El resultado fue el documental Acta general de Chile.