CIUDAD DE MÉXICO./
Andy Reid surgió de una ofensiva de la costa oeste en que el quarterback tiene un papel similar al de un base de la NBA, lanzando pases cortos que talentosos receptores pueden convertir en jugadas de mucho yardaje.
La filosofía ofensiva de Bruce Arians se apoya en el mantra “sin riesgo no hay premio” al alentar a los quarterbacks a aventurarse en el campo, aunque en ocasiones eso signifique cometer errores.
Los enfoques podrían parecer diametralmente opuestos, pero ambos han sido exitosos. Reid y Arians han sabido mantener ofensivas prolíficas que han ayudado a los Jefes de Kansas City y a los Bucaneros de Tampa Bay a llegar al Super Bowl.
Sin embargo, tanto Reid como Arians se encuentran en el partido por el título porque también han mostrado una capacidad de adaptación. Con el paso de los años, Reid ha ido usando cada vez más las formaciones escopeta y abiertas, lo que ha ayudado a Patrick Mahomes a convertirse en un quarterback de élite en la NFL.
Arians ha alterado su ofensiva un poco esta temporada en Tampa Bay para sacar provecho de las fortalezas de Tom Brady, incorporando una mayor movilidad e incrementando la cantidad de pases cortos para combinarlos con los pases a profundidad que siguen siendo la marca de la casa.
“Si uno no busca cosas nuevas año tras año, se rezaga”, afirmó Arians, de 68 años. “Uno puede observar lo que alguien más está haciendo. Pero si eso realmente no se adapta a su propio personal, no es adecuado para uno”.
Varias son las diferencias entre ambos esquemas ofensivos, pero se pueden resumir en dos estadísticas clave de SportRadar que muestran el progreso de los dos ataques aéreos.
Los Bucaneros lideran la NFL esta temporada con 42 pases completos que viajaron al menos 20 yardas, mientras que los Chiefs se ubicaron en el 14to lugar en ese rubro, con 26 lanzamientos profundos esta campaña.
“Uno no puede conectar un cuadrangular si no intenta batear”, declaró Arians. “Uno no puede hacer nada especial en la vida sentado en una valla”.
Kansas City fue líder de la liga con 2.447 yardas después de la recepción mientras Mahomes aprovechaba la destreza de jugadores como Tyreek Hill y Travis Kelce. Tampa Bay se colocó en el lugar 17 con 1.874 yardas cubiertas tras una recepción.
La ofensiva de Reid crea espacio —sus receptores poseen el segundo mejor promedio de la liga en separación, de acuerdo con las estadísticas de NFL NextGen, con 3,8 yardas por pase.
“El coach Reid hace un trabajo fenomenal al ofrecernos múltiples panoramas de ciertas formaciones y ciertos movimientos”, indicó Kelce. “Lo que eso hace es ayudar a mantener a las defensas rivales en una posición de reacción en caso de que uno pueda realizarla de la manera correcta”.
Cuando Brady llegó a Tampa Bay esta temporada después de dos décadas en Nueva Inglaterra, había dudas sobre si el quarterback de 43 años aún tenía la fuerza de brazo necesaria para resultar efectivo en el esquema ofensivo de Arians.
Después de un bache a mitad de la temporada en el que erró 23 pases profundos consecutivos, Brady ha completado 25 de 52 pases profundos en los últimos ocho partidos, casi duplicando su porcentaje de pases completos en lances largos de las primeras 11 semanas.
Incluyendo los playoffs, el promedio de vuelo de los balones de Brady es el mejor de su carrera, 9,4 yardas, y sus 43 pases profundos completos son la mayor cantidad desde que SportRadar empezó a rastrear las yardas por aire en 2016.