CIUDAD DE MÉXICO/
La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, anunció que la información que arrojó el pasado Censo Nacional de Población 2020 que elaboró el INEGI, servirá al Gobierno de México como “insumo” para conformar la Cédula Única de Identidad Digital.
Al participar en el evento virtual ‘Importancia y usos de la información del Censo de Población y Vivienda 2020’, para la política de población’, la funcionaria recordó que está en proceso legislativo la expedición de una nueva Ley General de Población que dará sustento al proyecto de emitir, después de 30 años, la cédula única de identidad digital.
La información del censo sobre la población y su distribución en el territorio nacional será digamos, el insumo fundamental para este gran proyecto de la cédula de identidad que hará realidad el derecho humano a la identidad consagrado en el Artículo 4o de nuestra Constitución”, dijo.
Por otro lado, alertó que, de acuerdo a los resultados del censo de población, el llamado “bono demográfico”, que significa el contar con una mayoría de población joven se va extinguiendo, lo que representará un reto para la conformación de nuevas políticas públicas de ésta y de las siguientes administraciones.
Los resultados obtenidos en materia de población muestran que el crecimiento demográfico fue menor de lo esperado, también que nuestro país está en un proceso de envejecimiento relativo, aun cuando todavía se conforma de una población joven. La edad promedio ha ido creciendo, en el 2000 era de 22 años; en el 2010 de 26 años y en el 2020 de 29 años.
El llamado bono demográfico del que platicábamos hace un par de días el doctor Santaella, entendido como la ventaja de contar con mayor población menor de 30 años, está por agotarse”, destacó.
Subrayó que el censo además refleja una disminución en el promedio de hijos en mujeres mayores de 12 años.
En el 2000, éste era del 2.6, luego bajó en 2010 a 2.3, pero en el 2020 volvió a bajar a 2.1 hijos nacidos vivos por mujer, lo cual deja ver un cambio en la población que deberá reflejarse necesariamente en programas sociales, económicos y de salud que deberán de adoptar los tres órdenes de gobierno.
La responsable de la política interior recordó que las tasas de natalidad y fertilidad son dos de los principales factores considerados en la política de población.
Por ejemplo, en 1936, cuando se expidió la primera Ley General de Población existía una baja densidad derivada de la Revolución Mexicana, así como de factores como la pandemia de la gripe española, lo que representaba un obstáculo para el desarrollo del país, “se decía, poblar es gobernar”.
Durante los años 40 y en las dos décadas siguientes, las políticas de salud pública de sucesivos gobiernos redujeron la mortalidad, mejoraron las condiciones de salud, de las madres y de sus hijos, y como consecuencia el crecimiento demográfico del país experimentó una tendencia ascendente de forma casi explosiva.
El censo del año pasado, del 2020, demuestra que el objetivo planteado en la Ley de Población de 1974 fue alcanzado, pues se logró reducir el crecimiento poblacional y por ello, es momento de actualizar el enfoque de esa ley y de las políticas públicas para que correspondan a la realidad”, afirmó Sánchez Cordero.