La aparición de 137 cadáveres putrefactos de lobos marinos (Zalophus californianus), en Playa San Lázaro, Baja California Sur, el 4 de septiembre de 2020, causó una gran conmoción e indignación a nivel nacional e internacional, debido a que se trató de la mortandad más grande de ejemplares de esta especie «protegida» en México.
Lo ocurrido hace ocho meses en la región del Golfo de Ulloa se convirtió en una tragedia ambiental, a la que es importante darle seguimiento este 22 de mayo, Día Internacional de la Diversidad Biológica.
Después de que Excélsior revelara el 11 de septiembre lo que sucedió en BCS y que ninguna autoridad quería ofrecer información al respecto, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), emitió el 12 de septiembre un comunicado de prensa para dar a conocer que los lobos marinos hallados sin vida, no tenían marcas de redes, golpes o cortes causados por alguna embarcación.
La Profepa informó que realizaría pruebas de laboratorio a muestras de cerebro, pulmón, corazón, hígado, riñón y grasa corporal de los cadáveres para determinar las causas de la muerte masiva.
La entonces subprocuradora de Recursos Naturales, Abigail Díaz de León, adelantó en una entrevista televisiva que en cinco o siete días tendría los primeros resultados de los exámenes practicados a los restos de los lobos marinos, ya que reconoció, «se trata de una emergencia y como tal se está atendiendo», por un grupo multidisciplinario de científicos.
«Creemos nosotros tener resultados de los laboratorios en aproximadamente, no me quiero comprometer, porque eso depende de los laboratorios y todo su equipo, probablemente en cinco o siete días podemos tener un primer resultado», declaró.
Lo cierto es que 258 días después del varamiento masivo de lobos marinos en Baja California Sur, la autoridad ambiental encargada de vigilar, proteger y conservar los recursos naturales, prefirió guardar silencio, no difundir ningún resultado, ni volver a mencionar el asunto.
Gracias a una solicitud de información hecha con base en la Ley de Transparencia y la posterior presentación de un recurso de revisión ante la negativa de Profepa de abrir todos sus archivos, es que ahora se puede saber que nunca conoceremos las causas de la muerte de los 137 lobos marinos encontrados en Playa San Lázaro.
Lo anterior debido a que «el número de muestras colectadas no es determinante para establecer, que todos los pinnípedos afectados, presenten los mismos padecimientos».
En las conclusiones sobre el caso, Rodolfo Vilchis Noriega, encargado de despacho de la Subprocuraduría de Recursos Naturales, señala que el varamiento fue atípico, que la mayoría eran machos en etapa sub-adulta, y que «los resultados de laboratorio no son determinantes respecto a la presencia de ácido domoico como causa de los decesos», es decir, por haber consumido algas tóxicas.
Además, «los resultados no indican que las muertes se deban a la presencia de algún agente infeccioso, sin embargo, es posible que la muerte de estos ejemplares esté vinculada a fenómenos y procesos ecológicos multifuncionales», indica el ingeniero agrícola.
Varamientos posteriores
Días posteriores al primer varamiento de 137 ejemplares, pescadores y prestadores de servicios turísticos denunciaron la aparición de por lo menos otros 50 cadáveres de lobos marinos, en la zona de Bahía Asunción, Bahía San Roque y la comunidad de San Juanico, posiblemente ligados al mismo suceso, debido a su cercanía.
A pesar de ello, la Delegación de la Profepa en Baja California Sur, los registró como hechos aislados y sin mayor trascendencia.
De acuerdo con el oficio PFPA/10.1/12C.6/666/2021, inspectores federales levantaron cuatro actas circunstanciadas sobre estos hallazgos los días 22, 24 y 27 de septiembre, así como el 10 de octubre.
A decir de Pamela Rojas Silva, encargada de despacho de la Delegación de la Profepa en BCS, las muestras tomadas a los ejemplares se dejaron en depositaría a personal del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).
Según se establece en el documento, no hubo seguimiento sobre posibles resultados de pruebas de laboratorio, aun cuando posiblemente estuvieran ahí las respuestas a la mortandad masiva de lobos marinos, que es una especie «Sujeta a Protección Especial», por lo menos de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana 059.