El módulo de aterrizaje lunar de Japón, conocido como SLIM, ha protagonizado un sorprendente episodio al recuperar la comunicación con la Tierra después de haber sido dado por perdido durante la noche lunar.
El SLIM, diseñado para investigar la Luna, había aterrizado de forma precisa, pero quedó inclinado, dejando sus paneles solares sin acceso directo a la luz solar.
Tras breves momentos de operación, la nave se sumió en la noche lunar de 14 días, que puede llegar a alcanzar temperaturas de -133°C, un desafío extremo para cualquier dispositivo no preparado para tales condiciones.
«Anoche, se envió un comando y se recibió una respuesta, confirmando que la nave espacial logró atravesar la noche lunar y mantuvo sus capacidades de comunicación», informó la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) en sus redes sociales.
Este resultado fue inesperado ya que el módulo de aterrizaje SLIM «no fue diseñado para las duras noches lunares», según JAXA, que no estaba seguro de si SLIM sobreviviría.
Sin embargo, contra todo pronóstico, el SLIM ha logrado mantenerse en funcionamiento, desafiando las adversidades del frío lunar. Tras superar la noche, ahora enfrenta el reto opuesto: temperaturas de hasta 121°C durante el día lunar.
Las comunicaciones se interrumpieron brevemente debido a la alta temperatura de los instrumentos, pero se espera que se reanuden una vez que se enfríen lo suficiente.
El SLIM, apodado el ‘Moon Sniper’ por su capacidad de aterrizaje de precisión, ha comenzado a enviar imágenes de las rocas lunares circundantes, lo que ayudará a los científicos a comprender mejor la geología lunar.
SLIM alunizó el pasado 20 de enero, sin embargo, durante su descenso, la nave sufrió problemas en el motor y terminó de lado, con los paneles solares mirando hacia el oeste en lugar de hacia arriba.
Esto significó que la nave tuvo que ser apagada poco después del aterrizaje hasta que el ángulo del sol cambió hasta donde podría comenzar a ganar energía.
Este logro representa un hito para el programa espacial japonés, convirtiendo a Japón en la quinta nación en lograr un aterrizaje suave en la Luna, después de Estados Unidos, la Unión Soviética, China y la India.